Petro, que asumió el cargo a principios de este mes, ha dicho que está dispuesto a negociar la reforma, que busca recaudar 25 billones de pesos en 2023 para financiar programas contra la pobreza.

El proyecto de ley impondría un impuesto del 10% sobre los ingresos obtenidos cuando se exporten carbón y petróleo a precios superiores a un determinado umbral, aunque se ha retirado una propuesta para incluir las exportaciones de oro.

El umbral para el petróleo sería de 48 dólares por barril, mientras que las exportaciones de carbón verían el impuesto recaudado cuando los precios superen los 87 dólares por tonelada.

"La reforma tributaria, tal como está planteada, pone en riesgo la viabilidad de muchos proyectos de exploración y producción en Colombia, y con ellos nuestra autosuficiencia energética", dijo Francisco Lloreda, jefe de la Asociación Colombiana del Petróleo, en un evento organizado por legisladores del partido derechista Centro Democrático.

"No permitir que se deduzca de las regalías lo que las empresas transfieren al gobierno, más el impuesto a las exportaciones que se está proponiendo, significaría que esta industria terminará pagando el 24% de la reforma", dijo Lloreda, estimando que los impuestos de las petroleras podrían aumentar entre un 65% y un 80%.

La reforma tiene un profundo impacto en la minería, dijo Juan Camilo Narino, jefe de la Asociación Colombiana de Minería (ACM).

"Compromete la creación de empleo, compromete la inversión", dijo Narino, añadiendo que los minerales son necesarios para la transición a las energías renovables.

Los aranceles propuestos, superiores al impuesto al valor agregado normal del 19% sobre los paquetes de viajes, podrían perjudicar al turismo, que aún no se ha recuperado a los niveles anteriores a la pandemia, dijo Paula Cortés, presidenta de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo.

"Quitar los beneficios fiscales al turismo significa que no veremos una rápida reactivación", dijo Cortés.

El jefe de la Sociedad Agrícola Colombiana, Jorge Bedoya, saludó la reforma por no gravar con mayores impuestos los alimentos básicos, pero advirtió que las posibles reformas laborales que plantea la administración podrían tener consecuencias negativas.