Otra presa ha estallado, con la subida de dos años a un máximo de 15 años a punto de alcanzar el 3,50%, inundando los mercados mundiales con más incertidumbre y miedo.

Wall Street consiguió recuperar parte de sus pérdidas anteriores el lunes, pero aún así cerró en números rojos, un hecho digno de mención dada la magnitud de la venta del viernes. El hecho de que no se haya recuperado del todo es un reflejo de lo nerviosos que están los inversores en estos momentos.

No sólo están teniendo que adaptarse a una Reserva Federal de línea dura, sino que el Banco Central Europeo también parece dispuesto a acelerar el ritmo de las subidas de los tipos de interés. Los bonos se están vendiendo en todo el mundo, el dólar está subiendo, y ningún rincón del mundo de la inversión se está librando de las consecuencias.

La magnitud de la subida del rendimiento de los bonos estadounidenses a dos años es realmente notable: hace un año era de tan sólo 16 puntos básicos, hoy ha rozado los 350 puntos básicos. Con la probabilidad de que la Fed siga endureciendo su política monetaria, pocos apostarían en contra de que siga subiendo.

Las dificultades de China tampoco ayudan. El yuan se ha hundido a un mínimo de dos años frente al dólar y la barrera psicológica de los 7,00/$ está a tiro de piedra.

Los informes de resultados empresariales chinos del martes podrían dar más pistas sobre la salud -o no- de los sectores inmobiliario y financiero, ya que ICBC, Bank of China, China Construction Bank y China Resources Land publicarán sus resultados del primer semestre.

Los datos sobre el empleo en Japón son la principal publicación del calendario macroeconómico de Asia el martes -se espera que la tasa de desempleo se mantenga estable en el 2,6%-, mientras que se espera que la subida de los tipos haga mella en las aprobaciones de construcción de viviendas en Australia.

Los acontecimientos clave que deberían proporcionar más dirección a los mercados el martes:

Desempleo en Japón (julio)

Aprobación de construcciones en Australia (julio)