Con motivo de la partida de Thomas Pesquet, la estrella nacional francesa del mundo extraterrestre, a la ISS (la Estación Espacial Internacional), hemos querido hacer un balance de lo que ocurre actualmente por encima de la atmósfera.

En la primera línea de los conquistadores, se encuentran obviamente las grandes potencias históricas, primeros actores de la conquista espacial: Estados Unidos (NASA), Rusia (Roscosmos) y Europa (ESA). Junto a ellos están los recién llegados, que no tienen intención de dejar escapar este nuevo terreno de juego: la ambiciosa China (CNSA), la modesta India (ISRO), el consensuado Canadá (CSA), el discreto Japón (JAXA) y los Emiratos Árabes Unidos (UAE SA), en busca de reconocimiento internacional y de nuevas palancas de crecimiento y gasto.

En 2021, la exploración de la galaxia ya no está reservada únicamente a las naciones, y una multitud de empresas privadas se juegan los codos y las chequeras para hacerse un hueco. A menudo liderados por multimillonarios, estos actores del Nuevo Espacio se llaman SpaceX (Elon Musk), Virgin Galactic (Richard Branson) y Blue Origin (Jeff Bezos). Al margen, Larry Page (cofundador de Google) y Mark Zuckerberg (Facebook) también han manifestado su interés por el espacio. A ellos hay que añadir las start-ups del ecosistema, las instituciones vinculadas a estados o continentes, y algunos bichos raros, como el actor Tom Cruise y el director Doug Liman, que quieren hacer una película en el espacio.

La actividad espacial ha estado en un segundo plano durante algunas décadas, pero este año, más que nunca, es el centro de atención. 2021 es el escenario de muchos acontecimientos estelares y del regreso de la competición entre las grandes naciones. Aunque la reciente entrada de China en la arena ha reavivado los deseos de algunos, es sobre todo la rara proximidad de la Tierra y Marte en primavera lo que ha contribuido a reavivar la actividad espacial mundial. Una visión general (del universo) de los objetivos de cada uno.

ESTADOS UNIDOS

Con un presupuesto (exagerado) de al menos 23.300 millones de dólares en 2021 y una ventaja considerable sobre algunos de sus competidores, Estados Unidos actúa como campeón de la conquista. Relanzado con vigor por Trump, el programa espacial de nuestros amigos del otro lado del Atlántico tiene, entre otros, el objetivo de preservar su posición y dar un "impulso" a la industria espacial.

En la Luna, los estadounidenses están para quedarse, "de forma sostenible con socios internacionales y comerciales". Artemis, el programa de la NASA, planea enviar astronautas a nuestro satélite natural para 2024, a través de tres misiones. El primero será el montaje de una estación en órbita lunar, la Lunar Gateway.

Paralelamente, la NASA ha enviado hoy, viernes 23 de abril, un nuevo equipo a la ISS con la cápsula Crew Dragon de SpaceX, con Thomas Pesquet a bordo.

En Marte, Estados Unidos lleva una cómoda ventaja. El 18 de febrero, la NASA hizo aterrizar su quinto rover, Perseverance. Por primera vez en la historia, los curiosos de todo el mundo pudieron ver en vídeo el aterrizaje del robot. SuperCam, la superherramienta científica (proporcionada en parte por Francia), medirá la composición química de las rocas marcianas disparándolas con un láser y producirá una imagen en color

CHINA

China tiene mucho que demostrar en el espacio. Jugando solo durante unos años, quiere alcanzar rápidamente el nivel de los estadounidenses y los rusos. Con un presupuesto estimado en 10.000 millones de dólares para 2021, y supervisado por el ejército nacional, la conquista de este nuevo mundo pretende ser un fuerte símbolo del poder del país.

En la Luna, el Reino Medio no se queda atrás. En 2013, 37 años después del último alunizaje (ruso), los chinos aterrizaron su primera nave espacial, Yutu, en la sonriente estrella.

En enero de 2019, los taikonautas lograron llevar a cabo una difícil tarea: aterrizar el módulo de exploración Chang'e 4 en la cara oculta de la Luna, una primicia mundial. En esta cara inexplorada, su misión era conocer mejor los orígenes y la evolución del planeta, y captar nuevas señales, protegidas de las interfaces magnéticas de la Tierra.

En noviembre de 2020, el tercer alunizaje chino, otro logro impecable, trajo un trozo de roca lunar a la Tierra por primera vez desde 1976, e hizo que China entrara en el muy cerrado club de naciones que han logrado esta hazaña (junto a Estados Unidos, con el Apolo, y Rusia, con el Luna).

Gracias a estos éxitos, China pretende ahora montar su propia estación espacial en la órbita terrestre en 2022 y habitarla, para competir con la ISS. Sin embargo, para tranquilizar a la comunidad sobre sus objetivos y demostrar su apertura, el Imperio ha prometido abrir el programa a 17 países. En efecto, los expertos estiman que el programa espacial chino defiende 2 enfoques: la investigación en colaboración internacional y un programa militar secreto, muy chino.

Por último, el objetivo final de China para igualar sus precedentes es poner un hombre en la Luna en 2025.

En cuanto a Marte, la CNSA consiguió, en febrero, satelizar su sonda alrededor del planeta rojo, convirtiéndose en el sexto país en llegar a Marte. Entre mayo y junio, acoplará su rover.

El país, que tiene audaces ambiciones espaciales, dice que quiere llegar a Júpiter en 2040.

En el espacio, China también quiere afianzar su dominio en el campo de los satélites y la vigilancia espacial y terrestre. En un territorio tan extenso como el de China, estas herramientas facilitan la ordenación del territorio, el desarrollo de infraestructuras y servicios de telecomunicaciones, y la planificación y seguimiento de la expansión urbana.

La excepción china: la diferencia entre lo privado y lo público, lo militar y lo gubernamental, es casi inexistente en la estrategia espacial china. Algunas empresas emergentes del ecosistema fueron fundadas por antiguos miembros del Ejército Popular de Liberación, y existe una gran convergencia entre los programas espaciales y militares: los lanzadores chinos pueden utilizarse tanto para lanzar misiles como para poner una carga útil en órbita.

EUROPA

La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de desvelar su programa para 2025. Aunque en los últimos años ha quedado rezagado respecto a las demás potencias, el Viejo Continente intenta mantenerse en la carrera, con su presupuesto anual de 6.500 millones de dólares.

Europa tiene varios objetivos, pero sus principales misiones serán reforzar la seguridad en el espacio, sobre todo desorbitando la basura espacial y mejorando la gestión de los satélites, y vigilar la Tierra y el sistema solar.

En la Luna, Europa, ingenua y unificadora, defiende una ambición: construir una aldea lunar, ocupada todo el año y abierta a los astronautas de todos los países.

En Marte: el despegue de la misión ExoMars, destinada a depositar en el Planeta Rojo un módulo de aterrizaje ruso y el primer rover diseñado en Europa, se ha aplazado dos años y no tendrá lugar hasta 2022. Como siempre, la misión de la nave será buscar rastros de vida pasada en el cuarto planeta del sistema solar

LOS EMIRATOS ÁRABES UNIDOS

Con un presupuesto de 6.000 millones de dólares para 2021, casi equivalente al de la Unión Europea, los Emiratos Árabes Unidos entran con fuerza en la carrera. Mientras su agencia espacial acaba de celebrar su 7º aniversario, los EAU han puesto todas las posibilidades de su parte, al unir fuerzas con Japón (para el cohete que enviará su rover) y Estados Unidos (para formar a su personal y desarrollar su misión).

En Marte: El 8 de febrero, su sonda Al Amal (esperanza en francés) entró en la órbita del Planeta Rojo para estudiar su atmósfera y recoger información meteorológica. Una gran primicia para un país del Golfo Pérsico.

INDIA

Modesta pero audaz, la India pretende abrirse paso entre los actores de la conquista. Con un presupuesto de 1.800 millones de dólares en 2019, que se eleva a 4.000 millones en 2020, el gigante asiático es conocido por su capacidad para montar misiones de bajo coste. En 2019, su primera misión lunar Chandrayaan-2 había costado unos 145 millones de dólares. Su hermana pequeña Chandrayaan-3 (cuyo lanzamiento está previsto para 2022) se espera que sea aún más barata, con 92 millones de dólares. Con un presupuesto estimado de 74 millones, India también ha enviado una sonda espacial a la órbita de Marte. A modo de comparación, la sonda Maven enviada por la NASA tuvo un presupuesto de 670 millones de euros.

En cuanto a la Luna, la ISRO quiere enviar a su vyomanaut al polo sur del astro ya en 2022. Ese mismo año, el subcontinente pretende poner en marcha un programa espacial tripulado (Gaganyaan) y tener su propia estación espacial internacional en 2030.

RUSIA

Dominante durante mucho tiempo en la actividad espacial, Rusia lucha ahora por seguir el ritmo marcado por los chinos y los estadounidenses. Las innovaciones del otro lado del Atlántico, en particular las naves espaciales reutilizables de SpaceX, han hecho que Moscú pierda su monopolio en los vuelos tripulados a la estación internacional. Las sanciones europeas contra los políticos rusos también han limitado su acceso a las tecnologías del Viejo Continente.

En cuanto a la Luna, Moscú, que ha anunciado su retirada de la Estación Espacial Internacional en 2025, habría firmado un acuerdo con China para construir conjuntamente una base lunar, aunque no se conocen ni el calendario ni el presupuesto. Unos días antes, la antigua URSS también anunció que crearía su propia estación espacial para 2030. Situada en una órbita más alta que la actual ISS, serviría como punto de transferencia intermedio para los vuelos a la Luna.

LOS PARTICIPANTES PRIVADOS

Una multitud de actores privados gravitan sobre las grandes naciones de la conquista espacial. Entre ellos, está SpaceX, por supuesto. Lejos de ser un neófito, la empresa del caprichoso Elon Musk, ya ha fabricado 11 prototipos de naves espaciales, de las cuales 4 ya han intentado un vuelo.

En la Luna, Space X ya tiene previsto organizar vuelos comerciales. El primero, previsto para 2023, llevará a bordo al multimillonario japonés Yusaku Maezawa, y promete dar toda la vuelta a la Luna.

Al igual que Space X, Virgin Galactic quiere sobre todo convertir el espacio en el nuevo destino turístico de moda. Por la modesta suma de 150.000 euros, la empresa de Richard Branson promete un viaje de 3 horas, incluidos 6 minutos en gravedad cero.

Fundada por Jeff Bezos y recién llegada al sector espacial con cero vuelos en su haber, Blue Origin promete desarrollar nuevas tecnologías para abaratar el coste de la exploración espacial. Como parte del proyecto Artemis de la NASA, Blue Origin actuará como contratista principal y construirá el módulo de aterrizaje. Sus socios son pesos pesados de la industria aeroespacial y de defensa estadounidense: Lockheed Martin ( encargada de la cápsula Orion y del módulo de ascenso de la nave), Northrop Grumman y el especialista en navegación espacial Draper (véase la lista al final de este artículo)

LOS DESAFÍOS

No es de extrañar que la exploración espacial siga siendo un medio para que los Estados muestren su fuerza y superioridad, tanto a nivel internacional como nacional. Para el CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales) francés, se trata también de garantizar una buena colaboración entre las naciones en el espacio y de preservar la paz entre los participantes.

En 2021, las cuestiones económicas deben primar sobre las consideraciones políticas. El espacio es un vasto campo de juego tanto para las naciones como para las empresas privadas.

Los astros que nos rodean están llenas de recursos explotables. En la Luna abunda el Helio-3, un isótopo poco frecuente en la Tierra y una fuente potencial de energía. Las tierras raras (cerio, terbio, escandio, principalmente de propiedad china en el planeta azul) también están presentes en grandes cantidades.

Nuestro satélite natural, al igual que Marte, está cubierto de regolito, un polvo del que es posible extraer agua. Mezclando hidrógeno y oxígeno, sería posible alimentar un motor de cohete. La Luna podría entonces servir de puesto de avanzada para las exploraciones del planeta rojo, situado a nada menos que 8 meses de la Tierra.

El turismo será también uno de los catalizadores de la actividad espacial. Autorizado a priori para las empresas privadas a partir de 2023, el "vuelo espacial turístico" debería impulsar sobre nuestras cabezas a los más megalómanos de esta vieja tierra, y convertirse en un importante maná financiero.

La actividad satelital no se quedará atrás. Aunque las frecuencias están limitadas en número y son asignadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, con sede en Ginebra, la carrera ya está en marcha para los actores de Internet por satélite.

Las comunicaciones por satélite, que hoy representan menos del 1% del mercado mundial de transporte de datos (6.000 millones de dólares de un mercado anual de 800.000 millones), representan una gran reserva de crecimiento. El billete de entrada para formar una constelación es elevado (entre 2.000 y 10.000 millones de dólares), pero no impide que se multipliquen los actores interesados en las perspectivas de los beneficios económicos:

  • Starlink, un proyecto de constelación de 42.000 satélitesliderado por Elon Musk.
  • OneWeb, impulsado originalmente por Greg Wyler, fundador de O3b Networks. En quiebra, el proyecto fue retomado en julio de 2020 por el gobierno británico, en asociación con el empresario indio Sunil Bharti Mittal (Grupo Bharti), y promete una cobertura global del planeta a partir de 2022, con minisatélites codesarrollados por Airbus (que posee el 8% de la empresa conjunta).
  • Telesat Lightspeed: el proyecto canadiense ha elegido a la empresa franco-italiana Thales Alenia Space (TAS) para fabricar los 298 satélites de su constelación, el primero de los cuales se lanzará en 2023, para una red operativa en 2025.
  • El proyecto Kuiper de Jeff Bezos, que consta de 3.200 satélites, sigue en estudio.  
  • Airbus, Eutelsat, Arianespace, TAS y otros cinco fabricantes trabajando en un proyecto europeo independiente. Estimado en 5.000 millones de euros, este proyecto tendrá que ponerse al día con una constelación de nueva generación.

La explotación de datos por satélite complementará las instalaciones terrestres de recogida, almacenamiento y distribución de datos.

Aunque todas las naciones implicadas en la conquista del espacio argumentan que sus motivos son científicos y económicos, casi todas ellas tienen también ambiciones militares, o al menos la necesidad de vigilar los avances militares de otros estados. Las tecnologías espaciales y militares son extremadamente cercanas, si no similares. Los satélites, que pronto transportarán todas las redes de comunicación de un país, serán tanto un activo como un objetivo a derribar.

INVERTIR EN LA ACTIVIDAD ESPACIAL

Según el banco estadounidense Morgan Stanley, se espera que los ingresos generados por la industria espacial pasen de 350.000 millones de dólares en 2016 a más de un billón en 2040, el 40% de los cuales procederá del sector de Internet por satélite.

Muchas empresas necesitarán fondos para alimentar sus ambiciones y financiar sus innovaciones. Para aprovechar esta moda, ofrecemos una lista no exhaustiva de start-ups, empresas cotizadas, fondos y ETFs en el ecosistema aeroespacial.

EMPRESAS  QUE COTIZAN EN BOLSA

*Aerojet Rocketdyne Holdings: (ex GenCorp) un holding estadounidense que fabrica motores de cohetes para la industria aeroespacial y militar.

*Airbus Space Systems: parte de la división Airbus Defence & Space del Grupo Airbus, especializada en el diseño y la fabricación de satélites, equipos para sistemas de telecomunicaciones civiles y militares, observación de la Tierra y programas científicos y de navegación.

*Boeing: fabricante aeronáutico y aeroespacial estadounidense.

*Dassault Systèmes: editor de software especializado en diseño 3D, modelado digital 3D y soluciones para la gestión del ciclo de vida del producto. Ayuda a las empresas en sus programas espaciales.

*Iridium Communications Inc: empresa estadounidense que opera el sistema Iridium, una constelación de 141 satélites activos utilizados para la telefonía por satélite.

*Lockheed Martin: la principal empresa de defensa y seguridad del mundo.

*Maxar Technologies : empresa estadounidense de tecnología espacial, especializada en la fabricación de satélites de comunicaciones, de observación de la Tierra, de radar y de mantenimiento en órbita, así como de productos para satélites y servicios relacionados.

*Northrop Grumman: conglomerado estadounidense nacido de la fusión entre Northrop y Grumman, cuyas actividades giran en torno a los sectores de la aeronáutica y la defensa.

*OHB System: OHB-System, originalmente Otto Hydraulik Bremen, es una empresa espacial alemana que ofrece sistemas en los ámbitos de la telemática, la tecnología espacial y los servicios para la seguridad y los satélites.

*Thales: empresa conjunta franco-italiana de la industria espacial.

*Virgin Galactic: empresa del grupo Virgin del multimillonario Richard Branson, que pretende vender vuelos suborbitales al público.

Evolución de la cotización de Lockheed Martin Corporation

FONDOS, INCUBADORAS Y CAPITAL-INVERSORES

  • Space angel networks (fondos)
  • Draper Fisher Juvertson (capital privado)
  • Global Space Ventures (capital privado)
  • Starburst Accelerator (incubadora)
  • Orbital Ventures, Primo Space, Cassini (fondos especializados apoyados por el FEI & la BEI))
  • ArkX - Space Exploration and Innovation ETF - Ark Investment
  • ETF Procure Space

EMPRESAS NO COTIZADAS

Alba Orbital : empresa británica que construye los satélites Pocket Qube, desarrolladora y fabricante de las plataformas satelitales Unicorn-1 y Unicorn-2. La empresa tiene contratos con la Agencia Espacial Europea.

Blue Origin: empresa fundada por Jeff Bezos para desarrollar nuevas tecnologías que abaraten el coste del acceso al espacio.

BryceTech (antes Bryce Space and Technology): empresa de análisis e ingeniería en el ámbito de la tecnología y la I+D avanzada. Los clientes: NASA, defensa estadounidense.

Dynetics: empresa estadounidense de ciencia aplicada y tecnología de la información, cuyos principales clientes son la defensa, la inteligencia estadounidense y la NASA. Sus empresas matrices cotizan en bolsa: Leidos & SAIC.

ISISPACE: empresa holandesa dedicada al diseño, fabricación y explotación de CubeSats. Líder del mercado europeo en el campo de los nanosatélites.

ispace Inc. es una empresa japonesa que desarrolla tecnologías de robots espaciales para construir aterrizadores y rovers.

Made In Space, Inc. es una empresa estadounidense especializada en la ingeniería y fabricación de impresoras tridimensionales para su uso en microgravedad. Su impresora 3D fue el primer dispositivo de fabricación utilizado en el espacio.

Momentus: empresa californiana que crea módulos para colocar satélites en la órbita terrestre baja y ofrece servicios de infraestructura espacial.

Orbital Insight: empresa de análisis geoespacial: analiza imágenes de satélites, drones, globos y otros vehículos aéreos no tripulados. Respaldada por Google.

Planetary Resources, Inc. es una empresa espacial estadounidense.

Planet Labs: es una empresa estadounidense que fabrica y opera nanosatélites tipo CubeSat que toman imágenes desde la órbita.

Rocket Lab: empresa aeroespacial estadounidense de origen neozelandés especializada en cohetes de pequeña carga.

Sierra Nevada Corporation: empresa estadounidense de electrónica e integradora de sistemas que abastece al ejército estadounidense, a la NASA y a la industria espacial.

SpaceX, Space Exploration Technologies Corporation: empresa estadounidense especializada en astronáutica y vuelos espaciales.

Space Trek: fabricante chino de productos aeroespaciales.

Spire Global, Inc. es una empresa de datos y análisis en la nube espacial especializada en el seguimiento de conjuntos de datos globales impulsados por una gran constelación de nanosatélites, como el seguimiento de patrones marítimos, aéreos y meteorológicos. Apoyado por el BEI.

ThrustMe: empresa francesa que desarrolla un sistema de propulsión para pequeños satélites.

United Launch Alliance: empresa conjunta estadounidense fundada por Boeing y Lockheed Martin que fabrica y opera lanzadores espaciales.