Las acciones de PBB han caído un asombroso 27% desde principios de año, mientras que sus bonos también están bajo presión. Los vendedores en corto, olfateando el olor de la sangre, han apostado fuertemente contra el banco. Según las últimas cifras publicadas, las posiciones abiertas contra el banco representaban el 7,57% de sus acciones, una de las mayores apuestas bajistas de la bolsa europea en la actualidad.

En un contexto de tipos de interés altos y un sector inmobiliario tambaleante, la fundación alemana RAG, uno de los principales inversores de PBB, redujo su participación del 4,5% al 2,94%. Esta decisión, junto con el anuncio del banco de un aumento de las provisiones para riesgos en el cuarto trimestre, da fe de la gravedad de la situación.

El banco se esfuerza por tranquil izar

PBB intentó tranquilizar al mercado afirmando que había cubierto sus necesidades de refinanciación para 2024 y jactándose de que su liquidez duplicaba la exigida por las autoridades reguladoras. Sin embargo, estas afirmaciones no bastaron para calmar los ánimos, y la cotización de la acción siguió desplomándose tras estos anuncios.

El banco también informó de que, a pesar de un drástico aumento de sus provisiones para insolvencias, obtuvo un beneficio antes de impuestos de 90 millones de euros para 2023, a un precio de mercado del 1,5%.90 millones para 2023, por debajo de sus previsiones revisadas a la baja.

Banques

Un sector debilitado

La situación de PBB es sintomática de las tensiones que imperan en el sector bancario, sobre todo para las entidades con una elevada exposición a inmuebles comerciales. El regulador financiero alemán BaFin ha intensificado sus advertencias sobre el sector y vigila de cerca la situación, sin comentar específicamente el caso de PBB.

Varios bancos medianos están actualmente en el ojo del huracán por su exposición al sector inmobiliario comercial estadounidense. Entre ellos se encuentran New York Community Bancorp y el banco japonés Aozora. El primero ha perdido la mitad de su valor desde el 1 de enero, a pesar de un repunte el viernes. El segundo ha perdido casi un 30% en 2024.

Estos sobresaltos se producen en un momento en que la situación inmobiliaria se ha cobrado su primera gran víctima en Europa: el imperio del magnate René Benko, Signa, se ha derrumbado como un castillo de naipes, empañando la reputación de varias casas reputadas, como Julius Bär. Hace diez días, el banco suizo tuvo que forzar la dimisión de su jefe, Philipp Rickenbacher, para resarcirse.