• Servicios financieros S&P500: -9,39% frente a S&P500 en -13,30.

  • Servicios financieros STOXX600: -5,29% frente a un STOXX de -9,20%.

El cambio de la política monetaria

Para vencer la inflación, la FED inició un cambio en su política monetaria. Pasó de hacer lo que fuera para salvar la economía a hacer lo que fuera para frenar la subida de precios. Para ello, ha puesto fin a la cuarta versión de su QE, una herramienta no convencional que impulsa la economía facilitando la financiación de los gobiernos (y por tanto de los planes de estímulo). El fin de la flexibilización cuantitativa es necesario porque es la principal causa de la inflación debido al importante aumento de la oferta monetaria que genera. Por lo tanto, es natural que se frene este mecanismo si se quiere frenar la inflación, pero ello no debe poner a la economía de la región en cuestión en una situación peligrosa (por eso existe un desfase entre la política monetaria de la FED y la del BCE). Además del fin del QE, la FED también ha iniciado un programa de subida de sus tipos de interés oficiales, que se ha intensificado con respecto a los planes iniciales. En mayo se produjo un aumento de 0,5 puntos y los mercados esperan un movimiento similar en junio. A finales de diciembre, el tipo de refinanciación debería acercarse al 2,5%.

Una dinámica favorable para las actividades de préstamo

El hecho es que los bancos, como las aseguradoras y todas las empresas financieras, obtienen más beneficios cuando suben los tipos de interés. El objetivo aquí no es repetir cómo gana dinero un banco. Sólo hay que entender que sus márgenes aumentan cuando aumenta el diferencial (es decir, la diferencia) entre el coste de su financiación y la remuneración de los créditos que conceden. Esta dinámica es aún más pronunciada cuando las subidas de los tipos de interés se suceden a intervalos regulares durante un corto período de tiempo, ya que el banco remunera a sus depositantes sobre una base contractual a lo largo del año, mientras que puede prestar a muy corto plazo a tipos cada vez más elevados. El verdadero trabajo de un banco es, por tanto, optimizar el desajuste entre el vencimiento de sus activos (préstamos e inversiones) y el vencimiento de sus pasivos (depósitos y préstamos) en función del contexto económico.

Ilustrémoslo con un ejemplo: imaginemos que un banco paga un 2% de interés por sus depósitos al año y que antes de diciembre se producirán cuatro subidas de tipos del +0,3%. A lo largo del año, el coste de financiación del banco se mantiene en el 2%, pero presta sucesivamente a muy corto plazo (por ejemplo, a tres meses) al 2,2%, al 2,5%, al 2,8% y luego al 3%, a medida que los tipos suben sucesivamente. Por tanto, el diferencial mejora cada vez y aumenta los márgenes del banco hasta que la oportunidad de arbitraje desaparece cuando el tipo de depósito se reajusta al año siguiente. La observación es muy parecida en el caso de la financiación a corto plazo de los bancos centrales: en los periodos de expansión económica, el tipo de refinanciación evoluciona menos rápidamente que el tipo de interés de los préstamos porque hay una fuerte demanda de préstamos por parte de los agentes económicos que desean invertir para hacer frente al aumento de la actividad. Por tanto, la relación oferta/demanda se inclina más a favor de la demanda y el precio de los préstamos aumenta (hoy en día, en Francia, los tipos de los préstamos inmobiliarios están subiendo mientras que los tipos del BCE todavía no han empezado a subir). Un banco comercial sistémico está especialmente bien situado para aprovechar esta oportunidad de arbitraje y aumentar su margen de interés neto.

Un contexto que sigue siendo bastante particular

Pero cuidado: hoy en día, cuando un banco necesita liquidez a corto plazo, se financia principalmente en el mercado interbancario. En este mercado, el dinero se intercambia a tipos que también reflejan las expectativas de la política monetaria. A veces, los tipos interbancarios a corto plazo pueden moverse más rápido que los tipos a largo plazo y distorsionar la curva de rendimiento (este es el caso de Estados Unidos). Esto refleja el hecho de que pocos actores están dispuestos a prestar a largo plazo porque consideran que el riesgo es alto. En estas condiciones, es más difícil que un banco gane dinero.

Además, está claro que la política monetaria (FED y BCE) durante los últimos 15 años ha creado una importante distorsión de estas dinámicas, ya que la oferta de crédito se ha hecho casi libre e ilimitada mediante la QE para estimular la economía y la inversión. Por lo tanto, la relación oferta/demanda se inclina claramente a favor de la oferta, el tipo de interés de los préstamos disminuye, el diferencial del banco se reduce y su margen de interés también.

Las perspectivas

En el contexto actual, hay dos escenarios a largo plazo. El escenario japonés con una estanflación duradera y unos tipos de interés que, a pesar de las futuras subidas, seguirán siendo muy bajos. Estas condiciones animarán a los bancos a asumir más riesgos para obtener un diferencial decente. El otro escenario, más optimista para los valores bancarios, es el de la normalización de la política monetaria con un aumento gradual de los tipos hacia la media histórica (media en Estados Unidos durante dos siglos: entre el 5% y el 6%).

taux d'intérêt directeur moyen 200y
200 años de historia de la tasa de refinanciación de la FED.
Fuente: Visual Capitalist.

Los bancos europeos (BNP, Banco Santander, Crédit Agricole S.A, Commerzbank, Société Générale) serían entonces grandes oportunidades de inversión (ya que todavía no hay un endurecimiento de la política monetaria en la zona euro, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde el movimiento ya ha comenzado). Los bancos también podrían reducir las provisiones para deudas incobrables que masacran sus resultados cuando las perspectivas económicas son malas (1.200 millones de euros en provisiones sobre 9.000 millones de euros de ingresos brutos de explotación para Crédit Agricole S.A en 2021).