Esta selección de ETFs está calibrada para inversores con un perfil conservador y un horizonte de inversión largo. El objetivo de este portafolio es optimizar la relación riesgo/rendimiento reduciendo la volatilidad. Para ello, la palabra clave es la diversificación. Tanto en términos de clase de activos como de sector. Con el cambio en las finanzas modernas, nos hemos tomado la libertad de asignar dos pequeños puntos porcentuales a los criptoactivos. Aquí están los detalles:

Rendimiento estimado y asignación sectorial del portafolio

Fuente: Marketscreener.com 

No hace mucho, informamos sobre un estudio del rendimiento de una cartera que sigue una asignación diversificada del 60-40. El hecho es que la cartera ha superado al S&P 500 en el periodo comprendido entre 2000 y 2020. Durante los periodos de subida de los mercados, la cartera no capta tanto rendimiento como las acciones estadounidenses por sí solas. Sin embargo, durante los pocos episodios de recesión, el componente de bonos desempeña su papel de resistencia en la cartera. Tomemos el ejemplo de la burbuja de Internet: cuando el índice estadounidense se corrigió un 40%, la cartera 60/40 sólo sufrió una pérdida del 17%.

Rendimiento por activo desde el comienzo del año, y luego según su ponderación en la cartera

Fuente: Marketscreener.com 

A continuación, una lista de ETFs que cumplen los criterios de la distribución:

Fuente: Marketscreener.com 

La parte de renta variable, que constituye la mayor ponderación de la selección, se divide en tres ETF. El primero, que representa el 40% de la cartera total, está indexado al inevitable índice de las 500 mayores empresas estadounidenses. Para completar la cartera, y para reducir la exposición a la renta variable estadounidense, invertimos un 15% en acciones europeas a través de un tracker del Stoxx 600. Y por último, el 5% restante se asigna a un ETF ligeramente más volátil sobre pequeñas capitalizaciones en 23 países desarrollados. Las pequeñas capitalizaciones superan a los mercados mundiales en un entorno de bajos tipos de interés.  

En cuanto a la selección de bonos, nos mantenemos sobrios con un ETF de bonos del Tesoro estadounidense. Es la parte que actuará como amortiguador en caso de caída de los mercados de renta variable en nuestra cartera. A esto añadimos el Lyxor ESG USD High Yield, que consiste en bonos corporativos. Más arriesgados que los bonos del Estado, proporcionarán una mayor rentabilidad. Las empresas se eligen integrando criterios ESG y un bono en circulación de más de 500 millones para evitar mercados demasiado estrechos.

Para completar el cuadro, hemos optado por añadir un ETF que replica el rendimiento del bitcoin. Las criptomonedas se han convertido en una parte importante del mundo financiero, pero siguen siendo una inversión extremadamente arriesgada. No les asignamos más del 2% de la ponderación total.

Distribución geográfica de la cartera :

Geográficamente, la cartera está relativamente concentrada en Estados Unidos (80%)

Fuente: Marketscreener.com