Por Caitlin Ostroff 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

Cualquier señal de que la Reserva Federal endurecerá el miércoles la política monetaria tendrá efectos en los mercados emergentes que son dependientes del dólar. El primero de todos es Turquía.

La lira turca ha estado bajo presión en las últimas semanas mientras los inversores tratan de evaluar si el banco central del país se postra a las demandas de su presidente para recortar los tipos de interés. Una bajada de tipos, no obstante, podría lastrar a la lira más aun a la vez que la acelerada inflación en la nación ya disminuye el poder de compra de la divisa.

La economía de Turquía está entre las más vulnerables a las indicaciones de que la Fed va a encarecer el coste del dinero, ya que un dólar más firme dificulta al país pagar sus deudas en divisas extranjeras. La próxima decisión de política monetaria de la Fed está prevista para este miércoles, y es posible que se apunte una subida de tipos antes de lo que es pensaba anteriormente como respuesta a la reciente aceleración de la inflación. Eso deja a la política monetaria turca a merced de los posibles esfuerzos de Estados Unidos para gestionar su propia inflación.

Un paso hacia un endurecimiento monetario en este país "sería una enorme sorpresa negativa para los mercados y muy negativa para los activos de mercados emergentes", explicó Daniel Wood, gestor de cartera de William Blair Investment Management. "Turquía probablemente sufriría desproporcionadamente dada su dependencia a un sólido apetito por el riesgo por parte de los inversores internacionales".

Un dólar más firme añadiría más presión a la moneda turca. La lira alcanzó un mínimo récord el 4 de junio, después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidiera menores tipos de interés para julio o agosto. Eso provocó que los inversores evaluaran si el banco central del país se ceñirá a las demandas del mandatario.

Erdogan ha despedido a tres jefes del banco central en menos de dos años y prefiere los tipos bajos como parte de una estrategia para alentar el crecimiento. Su rechazo a un mayor coste del dinero podría significar que los retornos de los inversores se vean mermados. El reciente aumento del precio del petróleo por encima de los US$70 el barril también acelerará probablemente la inflación en Turquía.

Erdogan destituyó al anterior gobernador del banco central, Naci Agbal, en marzo después de reiteradas subidas de tipos y los inversores extranjeros retiraron US$1.900 millones en acciones y bonos turcos. En las siguientes 10 semanas, el país sólo ha recuperado US$30 millones, según datos de su banco central.

Traer de vuelta el dinero a la bolsa y la deuda es esencial para financiar el déficit de Turquía entre sus importaciones y sus exportaciones. El país consumió buena parte de sus reservas en divisas el año pasado en un intento por ralentizar la depreciación de la lira vendiendo otras monedas y recomprando la divisa nacional.

El país también pasó dificultades para recuperar las divisas que obtiene habitualmente por el turismo, mientras los viajes siguen restringidos en muchos países por segundo verano consecutivo.

-Escriba a Caitlin Ostroff a caitlin.ostroff@wsj.com

Versión española de Rodrigo de Miguel rodrigo.demiguelroncal@dowjones.com

Editado por MVP

(END) Dow Jones Newswires

June 16, 2021 12:42 ET (16:42 GMT)