Desde hacía varias semanas se rumoreaba insistentemente que el Kremlin pensaba reactivar un método que había demostrado su eficacia en 2022 para frenar la hemorragia del rublo. Los rumores se confirmaron el 11 de octubre, cuando Rusia reintrodujo los controles de capitales. El rublo subió un 3,4%, a 96,79 rublos por 1 dólar, tras alcanzar 96,455, su nivel más alto desde el 27 de septiembre. El rublo subió un 3,3%, a 102,93 rublos por 1 euro.
Un comportamiento singular - Fuente: MarketScreener
Una subida de tipos sin efecto
El gobierno explicó que las nuevas medidas de control de capital durarían seis meses y que las empresas tendrían que presentar planes al Banco de Rusia y a Rosfinmonitoring, la agencia de supervisión financiera rusa, que velaría por que las empresas cumplieran las normas.
"El principal objetivo de estas medidas es crear condiciones a largo plazo para aumentar la transparencia y previsibilidad del mercado de divisas, reduciendo las oportunidades de especulación monetaria", declaró en un comunicado el Viceprimer Ministro Primero, Andrei Belousov.
El banco central ruso cree que las medidas anunciadas mejorarán la liquidez y reducirán la volatilidad a corto plazo. También subrayó su carácter selectivo, que, en su opinión, dejará indemnes a otros agentes del comercio exterior.