Desde hacía varias semanas se rumoreaba insistentemente que el Kremlin pensaba reactivar un método que había demostrado su eficacia en 2022 para frenar la hemorragia del rublo. Los rumores se confirmaron el 11 de octubre, cuando Rusia reintrodujo los controles de capitales. El rublo subió un 3,4%, a 96,79 rublos por 1 dólar, tras alcanzar 96,455, su nivel más alto desde el 27 de septiembre. El rublo subió un 3,3%, a 102,93 rublos por 1 euro.

RUB

Un comportamiento singular - Fuente: MarketScreener

Una subida de tipos sin efecto

El Gobierno anunció a última hora del miércoles que Vladimir Putin había firmado un decreto por el que se reintroducían los controles de capital sobre una lista no revelada de empresas exportadoras, una medida que se venía barajando desde que el rublo alcanzó un precio de "tres dígitos" en agosto.
 
Esta caída obligó al banco central a subir urgentemente su tipo de interés en 350 puntos básicos, pero el rublo no logró recuperarse significativamente, debilitándose hasta 102,3450 esta semana, su nivel más bajo en más de 18 meses.

El gobierno explicó que las nuevas medidas de control de capital durarían seis meses y que las empresas tendrían que presentar planes al Banco de Rusia y a Rosfinmonitoring, la agencia de supervisión financiera rusa, que velaría por que las empresas cumplieran las normas.

"El principal objetivo de estas medidas es crear condiciones a largo plazo para aumentar la transparencia y previsibilidad del mercado de divisas, reduciendo las oportunidades de especulación monetaria", declaró en un comunicado el Viceprimer Ministro Primero, Andrei Belousov.

El banco central ruso cree que las medidas anunciadas mejorarán la liquidez y reducirán la volatilidad a corto plazo. También subrayó su carácter selectivo, que, en su opinión, dejará indemnes a otros agentes del comercio exterior.