WASHINGTON, 25 feb (Reuters) - Menos estadounidenses presentaron nuevas solicitudes de subsidio de desempleo la semana pasada tras una caída de los contagios del COVID-19, pero las perspectivas a corto plazo del mercado laboral no están claras después de que las tormentas invernales causaron estragos en el sur a mediados de este mes.

Las solicitudes iniciales de prestaciones estatales por desempleo sumaron un total desestacionalizado de 730.000 en la semana que terminó el 20 de febrero, frente a las 841.000 de la semana anterior, informó el jueves el Departamento de Trabajo. Economistas encuestados por Reuters habían previsto 838.000 en la última semana.

Las solicitudes no han estado en sintonía con la mejora de las condiciones económicas generales, cuando la oleada invernal de coronavirus retrocede y los 900.000 millones de dólares de dinero adicional de ayuda para la pandemia proporcionados por el gobierno a finales de diciembre fluyen por la economía.

Los casos diarios de coronavirus y las hospitalizaciones han descendido a cotas vistas por última vez antes de las vacaciones de Acción de Gracias y Navidad, lo que ha permitido la reapertura de más negocios de servicios.

Las ventas al por menor aumentaron en enero a un máximo de siete meses. La percepción de los consumidores sobre el mercado laboral también ha mejorado este mes.

Una escasez mundial de chips semiconductores ha obligado a cerrar temporalmente y a reducir los turnos en algunas plantas de fabricación de vehículos de motor.

En la próxima semana, las solicitudes podrían verse impulsadas por el clima gélido en el Sur, que dejó a grandes partes de Texas a oscuras y sin agua durante días.

"La medición de los datos del seguro de desempleo no deja de ser problemática a medida que pasa el tiempo", dijo Lou Crandall, economista jefe de Wrightson ICAP.

Si bien las solicitudes han bajado desde el récord de 6,867 millones de marzo pasado, cuando la pandemia llegó a Estados Unidos, siguen estando por encima de su pico de 665.000 durante la Gran Recesión de 2007-2009.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo esta semana a los legisladores que el banco central estadounidense mantendría las tasas de interés bajas y seguiría inyectando dinero en la economía a través de la compra de bonos "al menos al ritmo actual hasta que logremos nuevos avances sustanciales hacia nuestros objetivos (de máximo empleo y de inflación)".

El resurgimiento de las infecciones de COVID-19 hacia finales del año pasado y los retrasos en la aplicación de más estímulos fiscales restaron un considerable impulso a la economía en el cuarto trimestre, confirmaron el jueves otros datos.

El Producto Interior Bruto aumentó a una tasa anualizada del 4,1%, según el Departamento de Comercio en su segunda estimación del crecimiento del PIB del cuarto trimestre. Se trata de una ligera revisión al alza respecto del 4,0% calculado el mes pasado. La economía había crecido a una tasa récord del 33,4% en el tercer trimestre.

(Gráfico-Producto interno bruto de EEUU: http://tmsnrt.rs/29ndKyp)

Las dificultades de la economía en los últimos tres meses de 2020 han quedado en su mayor parte en el espejo retrovisor.

El fuerte repunte de las ventas minoristas y el enorme paquete de recuperación de 1,9 billones de dólares del Presidente Joe Biden, que está ganando adeptos en el Congreso, han llevado a los economistas a elevar sus estimaciones de crecimiento para el primer trimestre hasta una tasa del 6% desde un ritmo tan bajo como el 2,3%.

(Reporte de Lucia Mutikani; Editado en español por Javier López de Lérida)