Ayer destacábamos cómo, por ejemplo, la recompra de acciones propias tenía todo el sentido en el caso de Bic. Dada la naturaleza de su actividad y el nivel de su cotización, la elección es evidente en el contexto de una gestión defensiva.

Otros ejemplos virtuosos son eBay y Texas Instruments.

En el caso de eBay, el precio de sus acciones se ha mantenido plano durante cinco años, mientras que su múltiplo de valoración es inferior a diez veces los beneficios. Son atributos ciertamente inusuales para un reputado actor del sector tecnológico norteamericano.

Es cierto que el venerable sitio de comercio electrónico hace tiempo que perdió su corona frente a una multitud de competidores. Sin embargo, poco a poco se ha ido reposicionando, no sin éxito, en categorías de nicho y publicidad en línea.

Sus ventas y beneficios no han variado en cinco años. Por otra parte, su número de acciones en circulación se ha reducido casi a la mitad y su deuda neta a cero, en gran parte gracias a una serie de ingresos excepcionales procedentes de cesiones de activos y cambios en el perímetro de consolidación.

He aquí una evolución espectacular: las ventas y los beneficios son los mismos en cinco años, pero la parte de los beneficios que va a cada accionista se ha duplicado en ese periodo.

Otro ejemplo virtuoso es el de Texas instruments. Este fabricante de semiconductores también recompró la mitad de sus acciones en circulación, pero durante un periodo mucho más largo y con una disciplina extrema, aprovechando cada caída de la valoración en su beneficio.

Así, en veinte años, mientras que sus ventas apenas han variado, su beneficio por acción se ha multiplicado por seis, al igual que su capitalización bursátil, al tiempo que su dividendo por acción se ha multiplicado por cincuenta.

Sería difícil encontrar un ejemplo más convincente de empresa madura que consiga crear tanto valor para sus accionistas.