Por Michael S. Derby 
    THE WALL STREET JOURNAL 
 

Los riesgos económicos relacionados con el Covid-19, impulsados por una nueva y más virulenta versión del coronavirus, lastraron el lunes a los mercados financieros, pero para los responsables de la Reserva Federal esta amenaza ya estaba identificada.

En sus comentarios durante las últimas semanas, una serie de autoridades del banco central reconocieron que la llamada variante Delta, detrás del repunte de casos --especialmente entre los que no están vacunados--, podría ensombrecer lo que ahora parece ser una brillante perspectiva económica. Pero los responsables de la Fed opinan que es probable que los riesgos se contengan, dado que muchos estadounidenses están ahora vacunados, lo que hace improbable que se repitan los confinamientos y los daños a la economía experimentados en la primavera de 2020.

"Tenemos que ser sensibles a la idea de que [la recuperación y el Covid-19] pueden tomar giros y direcciones inesperadas", dijo la semana pasada el presidente del Banco de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard. Si el incremento de la enfermedad ligada a la cepa Delta sigue siendo bajo, "entonces creo que todas nuestras previsiones están en camino de cumplirse. Pero soy consciente de esos riesgos. Y creo que los mercados han estado nerviosos por ello en las últimas semanas", agregó.

Bullard expresó su opinión en medio de una notable caída de las rentabilidades de los valores del Tesoro de Estados Unidos. El descenso en los costes de financiación a largo plazo, en un momento de aceleración de la inflación, es una señal de que los participantes en los mercados financieros podrían estar esperando una ralentización del crecimiento, quizá debido a los temores sobre los repuntes de contagios, que han sido particularmente negativos en países donde las tasas de vacunaciones son inferiores a las de Estados Unidos.

La semana pasada, el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, relacionó estas bajadas de los intereses de los bonos en aquel momento con "cierta decepción con la evolución económica mundial, especialmente alrededor de la variante Delta y con algunos otros datos que se están publicando, quizá algo débiles".

Sin embargo, el lunes los mercados se vieron sometidos a una considerable presión. Los precios de las acciones, que algunos responsables de la Fed dijeron que mostraban señales de estar sobrevalorados, experimentaron fuertes caídas. El Promedio Industrial Dow Jones perdió 725,81 puntos, o un 2,09%. Pero además, el interés de la deuda pública, algo que llama más la atención de la Fed puesto que actualmente compra US$120.000 millones en bonos del Tesoro e hipotecarios cada mes, descendió drásticamente.

La rentabilidad del bono a 10 años, que tiene mucha influencia en los costes de financiación del mundo real para adquisiciones como las de casas y coches, retrocedió al 1,181% desde el nivel del 1,300% del cierre del viernes, un considerable movimiento que devolvió el interés de este valor a cotas de febrero.

Está muy poco claro si los nuevos problemas de la pandemia afectarán a la economía estadounidense. Hasta ahora, las autoridades de la Fed han apuntado a que hay bajas probabilidades de que se repita el confinamiento del año pasado y en conjunto mantienen unas previsiones de crecimiento muy sólidas para lo que queda de año. Si los casos de Covid-19 se incrementan en cifras considerables, existe una sensación de que el impacto será concentrado, pero no general.

"No creo que necesariamente sea un riesgo a nivel nacional, que toda la nación tenga que pasar de nuevo por el tipo de confinamiento que hemos pasado", afirmó el 1 de julio el presidente de la Fed de Filadelfia, Patrick Harker. "Sin embargo, en aquellas comunidades donde las tasas de vacunación son bajas, hay un tremendo riesgo de que tengan que hacer algo para intentar controlar la propagación del virus", aseguró. "Creo que habrá zonas del país que podrían verse afectadas a menos que la gente se vacune", agregó.

La incertidumbre sobre la perspectiva ha afectado desde hace tiempo al camino de la política monetaria. Los responsables no han dicho nada sobre cómo utilizarán estas herramientas si la economía se ve bajo presión ante el incremento de los casos de Covid-19, pero el banco central podría extender sus compras de bonos si la Fed decide que la economía necesita ayuda.

TD Securities Inc. dijo en una nota que en general está de acuerdo con la opinión de la Fed de que el efecto de las crecientes infecciones acabará siendo limitado. "El crecimiento mundial y de Estados Unidos se está moderando desde niveles altos, pero sigue siendo sólido", dijo el banco el lunes. Creemos que el contexto seguirá siendo propicio" para que la Fed anuncie una ralentización de la compra de bonos al final de este año y comience a subir los tipos de interés en diciembre de 2023.

-Escriba a Michael S. Derby a michael.derby@wsj.com

Versión española de María Vega Paúl maria.vega@dowjones.com

Editado por NUC

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July 20, 2021 07:27 ET (11:27 GMT)