El panorama económico de Rusia cambió drásticamente después de que Moscú enviara decenas de miles de tropas a Ucrania el 24 de febrero, desencadenando amplias restricciones occidentales en sus sectores energético y financiero, y provocando la salida del mercado de decenas de empresas.

Las expectativas iniciales de un desplome económico de dos dígitos en 2022 resultaron exageradas, pero los analistas prevén un deterioro más prolongado de la salud económica de Rusia, pronosticando una caída del producto interior bruto (PIB) del 2% este año, a la que seguirá una caída estimada del 2,5% en 2022.

La media de 17 analistas y economistas encuestados a finales de enero sugería que el Banco de Rusia mantendría el tipo de interés oficial en el 7,5% en la reunión del consejo del 10 de febrero, mientras intenta que la inflación vuelva a su objetivo del 4%.

Las expectativas de inflación, un indicador clave al que el banco central presta mucha atención en vísperas de las reuniones, cayeron al 11,6% en enero, pero siguen siendo elevadas. El banco central dijo que ve riesgos de que la inflación aumente este año.

Las expectativas de los analistas de una caída del 2% del PIB este año contrastan con las del Fondo Monetario Internacional, que el martes dijo que veía a la economía rusa creciendo un 0,3%.

La media de las previsiones de la encuesta sugería que el rublo cotizará a 73,00 frente al dólar dentro de un año, frente al tipo de 72,50 previsto por los analistas a principios de mes. El tipo oficial del martes fue de 69,59 rublos por dólar.

"Un estado de ánimo negativo domina en el segmento FX en este momento, lo que aumenta la probabilidad de movimientos a corto plazo hacia un rublo más débil", dijeron los analistas de Rosbank Research.

"Las constantes presiones en el frente geopolítico y los temores relacionados con las consecuencias del techo de precios de los productos petrolíferos están haciendo mella", añadieron desde Rosbank.

Se espera que el banco central reduzca gradualmente el tipo de interés oficial hasta el 7,13% a finales de año, con previsiones que oscilan entre el 6,50% y el 8,00%, según el sondeo, frente al 7% del sondeo anterior.

Se espera que la inflación anual termine este año en el 5,8%, igual que en la encuesta anterior, y muy por debajo de la subida de dos dígitos del año pasado.

La mayoría de las previsiones de la encuesta de Reuters se basaban en al menos 10 proyecciones individuales.