La aerolínea de bajo coste Ryanair dijo que recurriría a los tribunales después de que Hungría le impusiera una multa por repercutir el coste de un impuesto especial a las empresas, por valor de 800.000 millones de forints (2.100 millones de dólares) en total, tras una investigación sobre la protección del consumidor.

El gobierno del primer ministro nacionalista, Viktor Orban, anunció en mayo la medida fiscal especial dirigida a los "beneficios extra" obtenidos por los principales bancos, compañías energéticas y otras empresas, con el objetivo de tapar los agujeros presupuestarios creados por una oleada de gasto que le ayudó a ganar la reelección en abril.

"La autoridad de protección del consumidor ha constatado hoy una infracción de la ley, porque la aerolínea (Ryanair) ha engañado a los clientes con su práctica comercial desleal", dijo el lunes la ministra de Justicia Judit Varga en un post de Facebook.

Ryanair dijo en una respuesta por correo electrónico que recurriría la multa de 300 millones de forints (780.000 dólares) que se le había impuesto.

"Ryanair ... apelará inmediatamente cualquier multa infundada planteada por la Agencia Húngara de Protección del Consumidor", decía el correo electrónico. "Ryanair aún no ha recibido ninguna notificación de dicha multa. Si es necesario, Ryanair recurrirá este asunto ante los tribunales de la UE".

La nueva tasa supone un impuesto de entre 10 y 25 euros a los pasajeros que salgan de Hungría a partir de julio.

Ryanair había pedido anteriormente al gobierno de Orban que eliminara lo que calificó de impuesto "erróneo", diciendo que la medida perjudicaría al turismo y a la economía húngaros.

Ryanair, que también se ha mostrado contraria a que el impuesto recaiga sobre una industria deficitaria, dijo que se vería obligada a trasladar su capacidad de crecimiento a países que estaban trabajando para restablecer el tráfico tras la pandemia de coronavirus.

Los impuestos de Orban sobre los beneficios "extra" de los bancos, las aseguradoras, las grandes cadenas minoristas, la industria energética, las empresas de telecomunicaciones y las aerolíneas recuerdan al régimen fiscal que utilizó para arreglar el presupuesto tras su llegada al poder en 2010.

Las empresas se han mostrado hasta ahora reacias a desafiar la medida fiscal, pero la compañía aérea rival de Ryanair, Wizz Air, ha afirmado que la industria aérea tardará mucho tiempo en volver a los niveles de ingresos y rentabilidad anteriores a la pandemia del COVID-19. Dijo que el impuesto obstaculizaría la recuperación del sector turístico.

(1$ = 384,88 forints) (Información de Gergely Szakacs; Información adicional de Anita Komuves; Edición de Bradley Perrett y David Holmes)