Hasta 2018, Maassen dirigió la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, persiguiendo las amenazas extremistas al orden constitucional alemán, ya fueran de espías extranjeros, fundamentalistas religiosos, la extrema derecha o la extrema izquierda.

Pero el antiguo miembro y una vez candidato parlamentario de los democristianos (CDU) de la ex canciller Angela Merkel perdió ese puesto tras ser acusado de ignorar pruebas de vídeo de bandas de extrema derecha persiguiendo a inmigrantes en disturbios.

Ahora, después de que Maassen musitara en una entrevista sobre "una teoría racial verde-izquierdista" que arroja a los "blancos como inferiores" y promueve "la inmigración de hombres árabes y africanos", la CDU ha perdido la paciencia con un hombre que no dejaba de redoblar los tropos de la guerra cultural, convirtiéndose en una figura de culto en los márgenes de la derecha.

"Sigue utilizando un lenguaje propio del mundo de los antisemitas y los teóricos de la conspiración, incluso terminología de supremacía étnica", dijo la presidencia de la CDU en un comunicado el lunes, dándole de plazo hasta el domingo para abandonar el partido o enfrentarse a la expulsión.

Maassen, que siempre ha negado rotundamente las acusaciones de racismo, no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

La decisión de expulsar a Maassen cuatro años después de que cobrara notoriedad pone de relieve el dilema al que se enfrenta la CDU, que tiene una ligera ventaja en las encuestas sobre los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz y los Verdes, pero que corre el riesgo de perder votantes en favor de la oposición de extrema derecha Alternativa para Alemania.

El nuevo líder de la CDU, Friedrich Merz, ha trazado un camino más derechista para el partido que la famosa centrista Merkel, criticando los planes del gobierno de una política de inmigración y ciudadanía más generosa por "devaluar" la ciudadanía alemana.

Si Maassen no renuncia, la expulsión podría ser un proceso largo. Según las leyes alemanas sobre democracia de partidos, introducidas para evitar el resurgimiento de partidos dictatoriales como los nazis de Hitler, la expulsión sólo puede producirse tras una serie de audiencias cuasi judiciales para establecer si un miembro entra en conflicto con los valores del partido.