El gigante petroquímico estadounidense Dow Inc y Sport Singapore, una agencia gubernamental, habían prometido que las zapatillas se triturarían para hacer parques infantiles y pistas de atletismo.

La investigación, que utilizó trackers de localización ocultos en el interior de las suelas de las zapatillas, descubrió que las zapatillas donadas por Reuters en Singapur habían sido exportadas a Indonesia para su reventa.

Esto también contravenía una prohibición impuesta en 2015 por Indonesia sobre tales prácticas, que se puso en marcha por motivos de higiene y para proteger su industria textil local.

Ante los hallazgos de Reuters, Dow y Sport Singapore abrieron una investigación y posteriormente rescindieron el contrato de Yok Impex, un exportador textil local subcontratado para recoger los zapatos de los contenedores de donaciones.

Tras la publicación del reportaje del 25 de febrero, emitieron un comunicado en el que pedían disculpas a la opinión pública por un "fallo" en su cadena de suministro de reciclaje.

"Lo que resultó, por lo que podemos decir, de la investigación... procedía de un sistema poco riguroso", declaró el ministro de Cultura, Comunidad y Juventud, Edwin Tong, en respuesta a las preguntas del Parlamento.

Añadió que, además de las inspecciones sin previo aviso a los contratistas contratados para recoger los zapatos, no se volverá a contratar a empresas que exporten textiles o calzado.

"Los socios del proyecto han tomado medidas para hacer más estricta la cadena de procesos", dijo Tong, añadiendo que los puntos de aprendizaje se compartirían con otros proyectos de reciclaje en Singapur.

Indonesia también dijo este mes que reforzaría los controles aduaneros en los puertos pequeños para acabar con la importación ilegal de zapatos de segunda mano a raíz de los hallazgos de Reuters.