El país norteafricano, está tratando de llegar a un nuevo acuerdo de préstamo con el Fondo Monetario Internacional a cambio de reformas impopulares que incluyen el levantamiento de los subsidios a la energía y a los alimentos y la congelación de los salarios.

Sami Ben Hmida, director comercial de la empresa estatal de electricidad y gas STEG, dijo que la subida de los precios de la electricidad fue del 12% para aquellos cuyo consumo alcanza los 200 kilovatios-hora al mes.

Añadió que el aumento fue del 16% para aquellos cuyo consumo de gas natural supere los 30 metros cúbicos al mes.

Túnez también subirá el precio de algunos alimentos, como la leche, los huevos y las aves de corral, según declaró el ministro de Agricultura a principios de esta semana, tras las protestas de los agricultores contra un aumento de los precios de la cebada para alimentación animal debido a la guerra en Ucrania.

Los sindicatos advierten que la oleada de repetidas subidas de precios y la caída del poder adquisitivo en medio de una grave crisis económica podrían dar lugar a protestas que las autoridades no podrían controlar.

El presidente Kais Saied, que ha consolidado su gobierno unipersonal desde que se hizo con el poder ejecutivo el verano pasado y disolvió el parlamento para gobernar por decreto, se enfrenta a frecuentes protestas políticas que le empujan a volver a la senda democrática.

El mes pasado, el gobierno también subió el precio del combustible en un 5%, la tercera subida de este año.

Túnez subirá los precios de los combustibles locales todos los meses de este año en no menos del 3%, según declaró un funcionario del gobierno a Reuters el mes pasado, lo que puede suponer un aumento de al menos el 30% para finales de 2022.

El gobierno afirma que llegar a un acuerdo de préstamo con el FMI es vital para evitar un colapso total de la economía, ya que el poderoso sindicato UGTT rechazó las reformas y amenazó con una huelga nacional en la administración y las empresas públicas.