De hecho, en las tiendas de este famoso punto de surf, a 60 km al noroeste de la capital, el bitcoin se utilizaba mucho antes de que el presidente Nayib Bukele decidiera que El Salvador sería el primer país del mundo en convertirlo en moneda de curso legal el 7 de septiembre de 2021.

En los primeros cuatro meses, el dispositivo para usar bitcoin se descargó 4 millones de veces en los teléfonos móviles, para una población de 6,6 millones de salvadoreños. La idea del Presidente Bukele era fomentar las transferencias de dinero de los cerca de 3 millones de emigrantes, principalmente en Estados Unidos, a sus familiares en su país, ahorrando los gastos bancarios. Se trata de una cuestión estratégica, ya que estas transferencias representan más de una cuarta parte del PIB de El Salvador.

Desgraciadamente, según datos del Banco Central de El Salvador, "menos del 2%" de las remesas de los emigrantes pasaron por la criptomoneda, señala Carlos Acevedo, ex presidente del Banco Central.

"Durante un tiempo, sí, usé bitcoin. Pero tal y como van las cosas, ya no me fío, e incluso lo he borrado", admite Carmen Mejía, una estudiante de 22 años que ha vuelto exclusivamente al dólar, la moneda de curso legal del país desde hace 20 años.

En septiembre de 2021, el bitcoin valía unos 45.000 dólares, y 68.000 dólares tres meses después. En medio de la euforia, el presidente salvadoreño anunció que utilizaría las ganancias para construir un hospital veterinario público.

A continuación, propuso la idea de conceder un préstamo de 1.000 millones de dólares en criptomoneda para construir una "Bitcoin City".

Caída en picado

Pero la fuerte caída del bitcoin, actualmente por debajo de los 20.000 dólares, ha pospuesto estos grandiosos planes. Según la agencia de calificación financiera Moody's, el gobierno de Bukele "gastó unos 375 millones de dólares en la puesta en marcha del bitcoin, incluidos unos 106 millones del Tesoro para comprar bitcoins, lo que supuso unas pérdidas no realizadas de unos 57 millones de dólares".

En El Zonte, María sigue creyendo y citando los consejos de los "expertos" del centro turístico: "cuando el bitcoin baje, no lo toques (para cambiarlo por dólares), si no lo pierdes todo".

El presidente Bukele, por su parte, pretende resarcirse aprovechando la bajada: compró 80 bitcoins para El Salvador a un precio de 19.000 dólares, lo que eleva la cesta del país a un total de 2.381 bitcoins adquiridos en los últimos doce meses. En junio, predicó la "paciencia" y recomendó "dejar de mirar la curva" del intercambio de bitcoins por dólares.

Para el ex presidente del Banco Central, la apuesta presidencial por el bitcoin es "un fracaso", al menos de momento. Pero "no es un fracaso todavía, porque (el mercado) puede recuperarse", sacando al bitcoin y al país del "criptoinvierno". Además de que la caída del bitcoin tiene "un efecto psicológico en la gente", su adopción ha "complicado" las negociaciones de El Salvador con el FMI para obtener un préstamo de 1.300 millones de dólares, dijo Acevedo.

Ante el riesgo de impago del servicio de la deuda, que supera el 80% del PIB, el Presidente Bukele anunció en julio un plan de recompra de bonos con vencimiento en 2023 y 2025, asegurando que el país no carece de liquidez.

Es cierto que el riesgo país ha mejorado del 35% al 25%, pero "es impensable que El Salvador pueda volver a los mercados de deuda convencionales hasta que el riesgo país se reduzca al menos al 5%", dice Acevedo.