No habrá pasado desapercibido que el sector europeo de los videojuegos atraviesa un momento bursátil delicado, reforzado por publicaciones de resultados que parecen profecías autocumplidas. El retorno de la desconfianza de Pekín hacia el sector no es ajeno a ello. Desde el comienzo de la semana, las empresas suecas Paradox Interactive, Stillfront y Embracer se han visto gravemente afectadas. Stillfront (-42% desde el 1 de enero) y Paradox (-38%) han decepcionado en el frente de resultados y/o perspectivas, al igual que Ubisoft (-36%) en julio. La polaca CD Projekt (-40%) no necesitó a nadie para absorber el vapor por sí sola. En Japón, incluso la estrella Nintendo (-23%) se plegó en el último trimestre. Los jugadores estadounidenses estaban un poco mejor, pero en general no alcanzaban la media del mercado. Además de los sofocos de Pekín, la industria está atrapada en sus viejos demonios sexistas y en una profunda transformación que ha multiplicado el número de actores capaces de lanzar títulos de calidad, donde un puñado de editores aún controlaba el mercado no hace tanto tiempo.

El siguiente gráfico muestra la evolución reciente de tres valores europeos muy bajistas y de un ETF sectorial global (Vaneck Vectors Video Gaming and Esports) con una trayectoria de 2021 ligeramente negativa, mientras que el S&P500 se acerca a una subida del 20%.

Le jeu vidéo européen souffre

Fuente : MarketScreener

En el lado positivo, los ratios de valoración ya no están tan sobrecalentados como en el corazón de la primera contención, o incluso antes para algunos valores (Ubisoft valía más de 100 euros a mediados de 2018, el doble que hoy). Los PER de 2022 han vuelto a rondar las 25 veces, e incluso menos en algunos valores. Dado que los videojuegos son una tendencia (véase el último artículo de MarketScreener sobre el tema, "El nuevo tercer puesto"), esta severa corrección está sacando a la luz oportunidades que son visibles en los StockScreeners de MarketScreener.