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El dólar finalmente se dobla
Empecemos por el dólar, que experimentó un ligero descenso a principios de la semana. Esto se produce tras semanas de subidas consecutivas debido a que la Reserva Federal ha subido los tipos.
Este ligero descenso, sumado a una corrección de los rendimientos del Tesoro estadounidense, ha permitido que otras divisas como el euro y la libra se distancien de sus mínimos.
El mercado parece haber asumido el hecho de que la FED había alcanzado un nivel clave. Los inversores esperan una subida de tipos menos agresiva de lo que se temía. Esto puede verse gráficamente con la primera caída desde finales de julio del rendimiento del bono estadounidense a 10 años. Tras tocar el 4% a finales de septiembre, esta semana ha vuelto al 3,62%. Este sentimiento se ha traducido en un renovado apetito por el riesgo, que está penalizando a los refugios del mercado, como el dólar.
DJ FXCM Dollar Index: Dólar frente a otras divisas
Fuente: MarketScreener
Otras divisas se benefician de la caída:
- La libra esterlina se recupera
La libra se ha recuperado después de que se suavizara el plan del gobierno británico de recortar el impuesto sobre la renta. La libra esterlina se ha recuperado casi un 10% desde su mínimo del miércoles 26 de septiembre hasta el inicio de la semana. Esta importante subida se vio reforzada por el hecho de que el Banco de Inglaterra tomó cartas en el asunto al prometer al mercado que evitaría una ruptura de la economía británica, lo que tranquilizó a los inversores.
- Sorpresa en Australia
El dólar australiano se vio fuertemente afectado tras la decisión del Banco de la Reserva de Australia de limitar a 25 puntos su subida de tipos a principios de octubre. Esto fue una sorpresa, ya que el consenso era de un aumento de 50 puntos. Estas medidas se tomaron después de que el banco central constatara el escaso impacto de la subida de tipos en otros países de la OCDE.
- Japón toma medidas decisivas
En cuanto a la situación en el país del sol naciente, el yen se ha debilitado como consecuencia de la decisión del BoJ (Banco de Japón) de mantener una política acomodaticia, a diferencia de los demás bancos centrales del mundo desarrollado. Para combatir esta depreciación de casi el 25% frente al dólar desde principios de año, el gobierno japonés decidió inyectar 2,8 billones de yenes para apoyar su moneda. Esta intervención es poco frecuente: no se ha producido desde 1990.
Además, el archipiélago japonés se ha visto muy afectado por la crisis energética. Japón tampoco puede prescindir del gas ruso: representa más del 7% de las importaciones energéticas del país. Para combatir esta crisis, el gobierno japonés ha decidido volver a poner en marcha 7 centrales nucleares para reducir su dependencia energética.
