Energía: El petróleo continuó su recuperación la semana pasada, con una subida semanal de alrededor del 3,60%. El cielo se despeja para los precios del crudo, con la caída de los inventarios estadounidenses, el repunte de la demanda de combustible y la esperanza de una flexibilización de la política monetaria de la Reserva Federal, todo ello en apoyo de los precios del petróleo. Al mismo tiempo, la prima de riesgo vinculada a las fricciones geopolíticas vuelve a estar en el candelero. Ello se debe a las crecientes tensiones entre Israel y el grupo libanés Hezbolá. En cuanto a los precios, el crudo Brent cotiza al alza, en torno a los 85 dólares, mientras que el WTI ronda los 81,30 dólares.
Metales: La atmósfera sigue sin ser la adecuada. A diferencia del petróleo, los metales siguen presentando un aspecto sombrío. El segmento no puede contar con su principal catalizador, la demanda china, que se mueve en un vaivén. Los últimos datos económicos chinos sobre el sector manufacturero del país no aportaron ninguna visibilidad adicional, ya que la producción industrial sí aumentó un 5,6% el mes pasado, pero muy por debajo de la previsión de consenso de +6,2%. La tonelada de cobre se cotiza a 9,858 USD en Londres (precio al contado). En cuanto a los metales preciosos, la onza de oro sube sin prisa pero sin pausa hasta los 2.230 USD.
Productos agrícolas: Duro golpe para el trigo, que se hunde hacia su mínimo anual por la mejora de las perspectivas de las cosechas en el hemisferio norte. El bushel de trigo cotiza a unos 587 céntimos (vencimiento en septiembre de 2024), frente a los 700 céntimos de principios de mes.