El petróleo se estabilizó la semana pasada tras alcanzar niveles no vistos desde 2014. Así, el Brent, la referencia del Mar del Norte, se ha acercado a la línea de los 90 dólares por barril, debido a los cuellos de botella que siguen minando la oferta mundial. El último suceso fue la explosión de un oleoducto en el sureste de Turquía, que transporta 450.000 barriles diarios de crudo desde Irak a Europa. El clima gélido en Texas, una de las principales cuencas de producción de EE.UU., también suscitó preocupación por la producción estadounidense, y los operadores tuvieron en cuenta que las mismas condiciones habían interrumpido la producción de petróleo y gas en la región. Sin embargo, el aumento de los inventarios en EE.UU. ha contribuido a rebajar el ánimo de los operadores. El aumento de las existencias fue modesto (+0,5 millones de barriles), pero puso fin a siete semanas consecutivas de descenso. El crudo Brent cotiza ahora a 88 dólares, frente a los 85,6 dólares del WTI.

Los metales industriales mantienen su rumbo alcista gracias a China, que, a contracorriente de Estados Unidos y Europa, está reactivando su economía con estímulos monetarios. Esta presión compradora es especialmente visible en los precios del níquel, donde los usuarios finales también están lidiando con los bajos niveles de existencias, lo que ha llevado los precios a casi 24.000 dólares. El aluminio cotiza a 3080 dólares, el cobre a 9965 dólares y el estaño supera ya los 44.000 dólares por tonelada métrica. En los metales preciosos, la subida de los rendimientos de los bonos no pesó en el oro, que ganó terreno hasta los 1.838 dólares. El mismo impulso se observó en la plata, que se recuperó hasta los 24,2 dólares.

En las materias primas agrícolas, los precios de los cereales subieron en general en Chicago a pesar del último informe mensual del USDA, que revisó al alza sus estimaciones de existencias de trigo, maíz y soja.

Materias primas

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Fuente: MarketScreener