El Grupo Adler llegó el jueves a un acuerdo no vinculante con los tenedores de bonos para reestructurar su deuda, mientras el asediado arrendador alemán lucha por vender propiedades para cubrir sus necesidades de liquidez en medio de una desaceleración del mercado inmobiliario.

Adler, uno de los mayores arrendadores de Alemania, está luchando contra una crisis de liquidez provocada por la desaceleración del mercado inmobiliario nacional, la subida de los precios de la energía y la construcción causada por la invasión rusa de Ucrania y las secuelas de la pandemia del COVID-19.

Aunque el año pasado consiguió desprenderse de activos inmobiliarios por valor de 530 millones de euros (568,32 millones de dólares), la cantidad de operaciones se ha quedado rezagada con respecto a los planes originales, según el comunicado de Adler.

Por ello, la empresa acordó con los tenedores de bonos aplazar el reembolso de parte de su deuda más allá de 2026-2027.

"La tormenta perfecta en las partes de financiación y transacciones de nuestro sector aún no ha terminado, pero las turbulencias del mercado se han calmado", declaró el consejero delegado Thierry Beaudemoulin.

El programa de reestructuración y las devaluaciones de la cartera pesaron sobre sus finanzas, y la pérdida final se profundizó hasta los 1.800 millones de euros en 2023, casi 200 millones menos que hace un año.

(1 dólar = 0,9326 euros)