El especialista alemán en biosimilares publicó recientemente sus esperados resultados semestrales.
Respaldada por los hermanos Strüngmann -en el punto de mira desde su formidable inversión en BioNTech- y dirigida por antiguos empleados de Hexal, Formycon se está posicionando en un mercado de biosimilares que crece exponencialmente.
Se prevé que las ventas se cuadrupliquen a lo largo de la década, pasando de 15.000 millones de dólares a 60.000 millones entre 2020 y 2030, por el efecto combinado de políticas públicas proactivas y la expiración de un gran número de patentes en manos de las principales empresas farmacéuticas.
Formycon está desarrollando una cartera en torno a cuatro productos estrella: una copia de Lucentis ya aprobada en Europa y Estados Unidos; copias de Stelara y Eylea, que acaban de completar sus fases de ensayo clínico; y una copia de Keytruda, actualmente en fase 1.
Estos cuatro tratamientos de origen son éxitos de ventas. Eylea en oftalmología y Keytruda en inmunología no necesitan presentación, mientras que Stelara alcanzó recientemente unas ventas de casi 10.000 millones de dólares en nombre de J&J. Lucentis, por su parte, ha visto cómo sus ventas alcanzaban un máximo de 1.600 millones de dólares en 2021.
El primer semestre del año fue testigo de la firma de una asociación comercial con Fresenius Kabi para los biosimilares de Stelara y Eylea, así como de una ampliación de capital de 70 millones de euros con 910.000 acciones colocadas a 77 euros.
Como puede verse, el precio de la acción ha caído bruscamente desde entonces. Esto se debe a que el aumento de las ventas este semestre se basa más en los pagos de hitos vinculados a la finalización de los estudios clínicos que en las ventas de FYB201, el biosimilar de Lucentis. Y ello a pesar de un lanzamiento en Estados Unidos que, según el equipo directivo, superó sus expectativas iniciales.
A 58 euros, el valor empresarial de Formycon sigue representando un múltiplo de x12 de las ventas previstas para este año y de x15 de las del año que viene, suponiendo, por supuesto, que el consenso de los analistas sea correcto.
Aunque Formycon conserva algunos puntos fuertes sólidos -un mercado en crecimiento exponencial, un equipo directivo experimentado y un accionista de referencia de primer orden-, la empresa también tendrá que hacer frente a una competencia feroz. En el caso de Eylea, por ejemplo, Sandoz, Celltrion y Samsung-Biogen han desarrollado sus propios biosimilares.
Formycon AG es una empresa con sede en Alemania que se dedica a suministrar medicamentos y formulaciones biosimilares. Sus actividades comerciales se centran en el desarrollo y la comercialización de productos biofarmacéuticos similares a los medicamentos existentes, cuya protección de patente está expirando. La empresa se centra en los tratamientos en el ámbito de la oftalmología, la inmunología y otras enfermedades crónicas, abarcando todas las etapas del proceso de desarrollo de los biosimilares, desde el análisis de la fase inicial del medicamento originario hasta las fases de pruebas preclínicas y clínicas, así como la preparación de expedientes para la aprobación de la comercialización. Su cartera de productos biosimilares consta de cuatro candidatos en las fases de pruebas preclínicas y clínicas, entre ellos el FYB201, un candidato biosimilar para Lucentis; el FYB202, un candidato biosimilar para Stelara; el FYB203, un candidato biosimilar para Eylea, y el FYB205.