Nigeria ganó el lunes su intento de anular una factura de 11.000 millones de dólares por daños y perjuicios por un proyecto de procesamiento de gas que se derrumbó y que, según dijo, se consiguió mediante una campaña concertada de sobornos.

El país de África Occidental tenía que hacer frente a esta suma, que representa alrededor de un tercio de sus reservas de divisas, después de que una empresa poco conocida con sede en las Islas Vírgenes Británicas llevara a Nigeria a un arbitraje por el acuerdo.

Process & Industrial Developments (P&ID) obtuvo en 2010 un contrato de 20 años para construir y explotar una planta de procesamiento de gas en el sur de Nigeria, como parte de un plan más amplio para explotar las abundantes reservas de gas del país.

Tras el fracaso del acuerdo, P&ID llevó a Nigeria a un arbitraje en Londres y en 2017 se le concedieron 6.600 millones de dólares por lucro cesante, una suma que se ha hinchado con los intereses hasta superar los 11.000 millones de dólares, lo que representa diez veces el presupuesto sanitario del país para 2019.

Sin embargo, los abogados de Nigeria afirman que el país fue víctima de "una campaña de sobornos y engaños" por parte de P&ID, que según ellos pagó sobornos a altos funcionarios para obtener el contrato y luego corrompió a los abogados del país para obtener documentos confidenciales durante el arbitraje.

P&ID negó haber conseguido el contrato mediante sobornos o haber corrompido al equipo jurídico de Nigeria durante el arbitraje, y culpó del fracaso del acuerdo de gas y de la derrota del país en el arbitraje a la incompetencia institucional.

El juez Robin Knowles admitió la recusación de Nigeria en un fallo escrito el lunes. (Reportaje de Sam Tobin, Edición de Kylie MacLellan)