Saipem, que en 2020 firmó un acuerdo de 12 años con Aramco para actividades de ingeniería y construcción en tierra, tenía pedidos anuales medios de unos 1.500 millones de euros (1.630 millones de dólares) del grupo saudí entre 2021 y 2023.

"(El) nuevo plan de negocio de Saipem ya incluye un recorte del 20% en los pedidos procedentes de Arabia Saudí en comparación con el periodo anterior... no esperamos efectos en nuestra estrategia a medio plazo", declaró su consejero delegado, Alessandro Puliti, en una conferencia telefónica posterior a los resultados.

El gobierno de Arabia Saudí ordenó en enero a Aramco que detuviera su plan de expansión petrolera y que se fijara como objetivo una capacidad máxima de producción sostenida de 12 millones de barriles diarios (bpd), un millón de bpd por debajo del objetivo anunciado para 2020.

Saipem dijo a última hora del miércoles que, tras cinco años, probablemente volvería a pagar dividendos en 2025, en una señal de que un plan de reestructuración iniciado en 2022 estaba dando sus frutos.

En un nuevo plan de negocio hasta 2027, Saipem dijo que pagaría a los inversores entre el 30% y el 40% de su flujo de caja operativo, lo que provocó una subida del 13,7% de sus acciones hacia las 1500 GMT, junto con el tono optimista de su dirección.

"Estamos experimentando un mercado en auge en el negocio de la ingeniería y la construcción offshore", dijo Puliti a los analistas.

En el periodo 2024-27, Saipem espera conseguir pedidos por valor de unos 50.000 millones de euros, un tercio de los cuales corresponderán a proyectos de baja o nula emisión de carbono.

Saipem volvió a los beneficios el año pasado, con un beneficio neto de 179 millones de euros, el más alto en una década.

Espera empezar a trabajar en una terminal de gas natural licuado (GNL) en Mozambique para la francesa TotalEnergies hacia mediados de 2024, dijo Puliti, añadiendo que la parte restante del contrato está valorada en 3.300 millones de euros.

(1 dólar = 0,9227 euros)