Los conservadores del primer ministro británico Rishi Sunak y el partido laborista de la oposición están convirtiendo cada vez más la economía en el campo de batalla de su campaña electoral anticipada.

El ministro de Economía, Jeremy Hunt, dijo el viernes que los conservadores recortarían los impuestos de los trabajadores, mientras que los planes laboristas añadirían 2.000 libras (2.531 dólares) al año a la factura fiscal de los hogares.

El jueves, el líder laborista Keir Starmer acusó a los conservadores de hundir la economía y un portavoz rechazó la afirmación de Hunt sobre el coste fiscal.

A continuación encontrará un resumen de las políticas económicas de los partidos hasta el momento, muchas de las cuales parecen similares después de que Starmer desplazara a los laboristas al centro del campo político.

Se espera que Sunak convoque las elecciones a finales de este año. Los sondeos de opinión muestran que los laboristas van camino de ganarlas.

FISCALIDAD - La presión fiscal británica es la más alta desde la Segunda Guerra Mundial, después de que el gasto público se disparara durante la pandemia de coronavirus y la subida de los precios de la energía en 2022.

Sunak ha intentado crear una clara línea divisoria con los laboristas, afirmando que quiere suprimir a largo plazo todas las cotizaciones a la seguridad social que pagan los trabajadores.

Los laboristas dicen que ese plan es inviable. Se ha comprometido a no subir los tipos del impuesto sobre la renta de las personas físicas y del impuesto de sociedades. Planea medidas selectivas cobrando el impuesto sobre el valor añadido a las matrículas de las escuelas privadas y apretando a los contribuyentes no domiciliados.

La reticencia de ambos partidos a aumentar los impuestos plantea interrogantes sobre cómo pueden mejorar los servicios públicos y sanear las finanzas públicas.

GASTO - Hunt ha previsto futuros recortes del gasto público que parecen inverosímiles dadas las tensiones a las que ya están sometidos muchos servicios públicos.

Hunt afirma que los futuros aumentos de productividad en el sector público, hacen que sus sumas cuadren, pero ése es un reto que ha eludido a gobiernos anteriores.

Los laboristas prometen mejorar los servicios públicos y acabar con la falta de inversión en infraestructuras y otras áreas vitales para un crecimiento económico más rápido.

REGLAS FISCALES - Sunak y Hunt establecieron nuevas reglas fiscales en 2022 tras el breve paso de Liz Truss por Downing Street, que desencadenó un colapso del mercado de bonos.

La regla principal exige que la deuda pública disminuya en porcentaje del producto interior bruto (PIB) al quinto año de las previsiones oficiales. El gobierno apenas va camino de ese objetivo, lo que deja poco margen para recortes fiscales o aumentos del gasto.

Una segunda regla establece que el endeudamiento público no debe superar el 3% del PIB tampoco en el quinto año.

Los laboristas afirman que mantendrán el objetivo de deuda, pero que aplicarán la norma de endeudamiento al gasto cotidiano, lo que les permitirá endeudarse más para financiar la inversión. Sin embargo, ha abandonado un plan para pedir prestados hasta 28.000 millones de libras al año para inversiones ecológicas.

ECONOMÍA VERDE - Los laboristas quieren descarbonizar el sistema eléctrico para 2030, cinco años antes que los conservadores. Anularía la prohibición de construir nuevos parques eólicos en tierra, crearía una empresa estatal de energía y un fondo nacional de riqueza para invertir en tecnologías verdes.

Los conservadores dicen que los planes serán mucho más caros de lo que afirman los laboristas.

Sunak retrasó el año pasado la prohibición de vender coches nuevos de gasolina. Dijo que seguía comprometido con las emisiones netas cero para 2050.

LA UE - Sunak ha mejorado los lazos con la Unión Europea, pero el Brexit es un lastre para la economía. Los nuevos controles sobre las importaciones de alimentos procedentes del bloque representan un último obstáculo para las empresas.

Starmer ha prometido mejorar la relación a partir de 2025, cuando se revise el acuerdo de asociación entre el Reino Unido y la UE, pero afirma que no llevará a Gran Bretaña de vuelta al mercado único del bloque ni a una unión aduanera.

CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS Y PLANIFICACIÓN - Antes de las elecciones de 2019, los conservadores prometieron conseguir la construcción de 300.000 nuevas viviendas al año en Inglaterra para mediados de la década de 2020. Pero sus planes para relajar las normas de planificación se diluyeron para evitar disgustar a los votantes.

El año pasado se construyeron menos de 250.000 viviendas en toda Inglaterra, Gales y Escocia juntas.

Los laboristas prometen revisar el sistema de planificación para acelerar la construcción de viviendas e infraestructuras. Planea devolver más poderes a las autoridades locales para conseguir que los proyectos se terminen más rápidamente.

POLÍTICAS DEL MERCADO LABORAL - Los laboristas, que hunden sus raíces en el movimiento sindical, planean prohibir los llamados contratos de cero horas, dar a los nuevos contratados más protección contra el despido y aumentar el subsidio por enfermedad. Dice que derogará leyes que han enfadado a los sindicatos y promoverá acuerdos laborales más flexibles.

Los empresarios han expresado su preocupación, lo que ha llevado a los laboristas a prometer que les consultarán sobre la política. Los conservadores dicen que los planes laboristas costarían puestos de trabajo y provocarían más huelgas.

ESTABILIDAD - Starmer subraya lo volátil que se ha vuelto la política británica desde el Brexit, con cinco primeros ministros conservadores ocupando Downing Street en ocho años. La agitación ha contribuido a los bajos niveles de inversión empresarial. La perspectiva de una mayor estabilidad bajo un gobierno laborista -especialmente si obtiene la amplia mayoría en el Parlamento que las encuestas sugieren que obtendrá- podría ayudar a reducir el nerviosismo entre los inversores.

(1 $ = 0,7903 libras) (Reportaje adicional de Elizabeth Piper; Redacción de William Schomberg; Edición de Toby Chopra)