TOKIO, 26 sep (Reuters) - El Banco de Japón podría retrasar el poner fin a los tipos de interés negativos hasta aproximadamente abril del año que viene, para calibrar si los aumentos salariales se generalizarán lo suficiente como para mantener la inflación de forma sostenible en su objetivo del 2%, según declaró a Reuters Makoto Sakurai, antiguo responsable de política monetaria del banco central.

Con una inflación que supera el 2% desde hace más de un año, en los mercados abundan las especulaciones de que el Banco de Japón (BoJ) va a subir los tipos de interés a corto plazo --actualmente en el -0,1%-- ya a finales de este año.

Es probable que el fin de los tipos de interés negativos no perjudique demasiado a la economía, ya que los costes reales de los préstamos ajustados a la inflación seguirán siendo bajos, afirmó Sakurai, antiguo miembro del consejo del BoJ que mantiene estrechos vínculos con los dirigentes monetarios actuales.

Sin embargo, el banco central no tendrá prisa por retirar gradualmente su política monetaria de estímulo actual debido a los signos de debilidad en la recuperación económica de Japón, como la atonía del consumo y un gasto de capital más lento de lo esperado, dijo el martes.

El Banco de Japón sigue siendo un caso atípico en el mantenimiento de su política monetaria ultralaxa, ya que gran parte de la economía mundial se ha enfrentado a agresivas subidas de los tipos de interés en los últimos 18 meses para controlar la inflación.

La incertidumbre sobre las perspectivas económicas de Estados Unidos y China también da razones al BoJ para ir despacio en las subidas de tipos, añadió Sakurai.

"Poner fin a los tipos negativos será en gran medida un movimiento simbólico, pero el Banco de Japón probablemente quiera programarlo con mucho cuidado", dijo Sakurai.

Incluso si el banco central pusiera fin a los tipos negativos, es probable que describa la medida como un modesto ajuste del grado de estímulo monetario, dijo.

"Lo último que quiere el Banco de Japón es dar al público la impresión de que está endureciendo su política monetaria", añadió.

La inflación subyacente de Japón alcanzó el 3,1% en agosto, manteniéndose por encima del objetivo del 2% del Banco de Japón por decimoséptimo mes consecutivo, a medida que más empresas suben los precios para trasladar a los hogares el aumento de los costes de las materias primas.

Estos cambios en el comportamiento de las empresas a la hora de fijar los precios han aumentado las expectativas de que el Banco de Japón elimine pronto su política monetaria de control de la curva de rendimientos (YCC, por sus siglas en inglés), por la que fija los tipos a corto plazo en el -0,1% y el rendimiento de los bonos a 10 años en torno a cero.

En julio, elevó el límite del rendimiento de los bonos a 10 años del 0,5% al 1,0%, para permitir que los tipos de interés a largo plazo subieran más libremente en función del aumento de la inflación.

Al aflojar su control sobre los rendimientos, el BoJ ganó tiempo para examinar la evolución en el extranjero y las perspectivas salariales nacionales, antes de retirar gradualmente el estímulo, dijo Sakurai, que como miembro de la junta participó en la adopción del YCC en 2016. Su mandato de cinco años en el consejo termina en 2021.

Mientras que las grandes empresas pueden seguir ofreciendo salarios más altos el próximo año, la clave es si las empresas más pequeñas pueden seguir su ejemplo. También es necesario que la brecha de producción de Japón se vuelva positiva para que los salarios aumenten a la par que la inflación de forma sostenible, dijo.

"Habiendo tomado medidas en julio, es posible que el Banco de Japón no tenga que hacer nada importante al menos durante el resto de este año e incluso hasta bien entrado el próximo", afirmó.

(Reporte de Leika Kihara; Edición de Shri Navaratnam, editado en español por José Muñoz)