China ha iniciado una investigación antimonopolio sobre las marcas europeas de bebidas espirituosas, según el Ministerio de Comercio chino. El anuncio ha hecho caer las acciones de Pernod Ricard, Rémy Cointreau y Diageo. Según Bloomberg, China se centra en los licores tipo brandy en envases de menos de 200 litros. Rémy Cointreau cayó un 8% en las primeras operaciones en París, mientras que Pernod Ricard perdió un 5%. Diageo, menos expuesta a este segmento, perdía un 2,5%.

Por el momento no se conoce el nombre de la empresa

El Ministerio de Comercio chino explicó que el 30 de noviembre de 2023 había recibido una solicitud de investigación antidumping de la Asociación de la Industria Vinícola China, en nombre de la industria nacional del brandy, relativa a la importación de bebidas espirituosas de la UE. Los documentos aportados se consideraron lo suficientemente serios como para dar lugar a la apertura de una investigación por dumping que abarcara el periodo comprendido entre el 1 de octubre de 2022 y el 30 de septiembre de 2023, y una investigación por "perjuicio industrial" que abarcara el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2019 y el 30 de septiembre de 2023.

El ámbito de aplicación abarca "las bebidas espirituosas importadas elaboradas a partir de vino destilado en recipientes de menos de 200 litros originarias de la UE". El comunicado de prensa del Ministerio de Comercio chino menciona específicamente las "bebidas espirituosas obtenidas de la destilación de vino de uva en recipientes de menos de 200 litros". El coñac o el armañac son aguardientes de vino.

Los interesados disponen de 20 días para inscribirse en la investigación y presentar información pertinente sobre la identificación, la cantidad y el volumen de los productos exportados o importados a China. La investigación comienza el 5 de enero de 2024 y finaliza normalmente el 5 de enero de 2025. Puede prorrogarse seis meses en circunstancias especiales. No se han revelado los nombres de las empresas implicadas.

Esta investigación se produce en un momento de creciente tensión entre la UE y China por las importaciones de vehículos eléctricos. Pekín ya adoptó en el pasado medidas de represalia en el ámbito de las bebidas alcohólicas, gravando los vinos australianos.