El primer REIT se lanzó en Estados Unidos en 1960 para facilitar a los inversores minoristas el acceso al sector inmobiliario comercial. Fue el Congreso de los Estados Unidos el que promovió este tipo de inversiones en su momento, durante los años de bonanza. 

Desde entonces, estas empresas suelen ser buscadas por los inversores que buscan ingresos regulares y bastante estables en el tiempo. Hay que decir que estas inversiones ofrecen muchas ventajas. Se trata de acciones mayoritariamente líquidas, que se negocian a diario, a las que se puede acceder con un clic desde una cuenta de valores ordinaria, y que ofrecen una fuente de diversificación en activos reales y tangibles, una rentabilidad más estable que la mayoría de las acciones de otros sectores y que generan un rendimiento a largo plazo. Sobre este último punto, me gustaría señalar que el FTSE Nareit All Equity REITs Index, el amplio índice de todos los REITs del mundo, ha logrado una rentabilidad anualizada de más del 11% anual en los últimos 30 años (1991-2021), superando al S&P 500 Index. 

Estas empresas no pagan impuestos sobre sus beneficios, pero deben cumplir ciertos criterios que se enumeran a continuación. 

Para ser una REIT, una empresa debe : 

• al menos el 75% de sus activos debe estar invertido en bienes inmuebles. 
• obtener al menos el 75% de sus ingresos brutos de las rentas de alquiler y/o de los intereses hipotecarios y/o de la venta de bienes inmuebles 
• pagar al menos el 90% de sus beneficios como dividendos a sus accionistas cada año (y el 100% si opera en Canadá). 
• ser una entidad imponible como una corporación. 
• ser gestionado por un consejo de administración o patronato. 
• tener al menos 100 accionistas. 
• no tener más del 50% de sus acciones en manos de cinco o menos personas. 

El equivalente europeo de los REIT: los SIIQ

Su equivalente europeo, las SIIQ, Sociedades de Inversión Inmobiliaria Cotizadas, se crearon en Francia en 2003 siguiendo este modelo, antes de exportarse a toda Europa. Las diferencias son mínimas entre ambos estatutos y permiten adaptarse principalmente a las peculiaridades fiscales de las zonas geográficas. Por ejemplo, las SIIQ están obligadas a pagar el 95% de los ingresos por alquiler y el 60% de las ganancias de capital a los accionistas (frente al 90% de los REIT). El capital social debe ser igual o superior a 15 millones de euros y el free float no debe estar en manos de un solo accionista en más del 60%.

Esta lista temática agrupa a los principales REITs y SIIQs que cotizan en todo el mundo, clasificados según su capitalización bursátil.