Por Sergio Goncalves y Miguel Pereira

LISBOA, 25 abr (Reuters) - Se espera que miles de personas salgan a la calle el jueves para celebrar el 50º aniversario de la Revolución de los Claveles, que derrocó la dictadura fascista más larga de Europa e instauró la democracia.

António de Oliveira Salazar gobernó Portugal de 1932 a 1968, pero el régimen duró otros seis años bajo el mandato de su sucesor, Marcelo Caetano, y no se derrumbó hasta el 25 de abril de 1974.

La revolución, casi incruenta, fue llevada a cabo por un grupo de oficiales subalternos del ejército que querían la democracia y poner fin a las largas guerras contra los movimientos independentistas en las entonces colonias africanas de Angola, Mozambique y Guinea-Bisáu.

Consideraban que esas guerras, que estaban matando a miles de jóvenes reclutas portugueses, eran injustas e imposibles de ganar.

El golpe militar del grupo de los Capitanes de Abril desencadenó una rápida descolonización, poniendo fin a más de cinco siglos de imperio portugués en África.

El politólogo de la Universidad de Lisboa António Costa Pinto afirmó que, aunque la mayoría de los portugueses apoyan la democracia y están orgullosos de la revolución del 25 de abril, en las celebraciones de este año habrá "un elefante en la habitación" con el reciente aumento del apoyo al partido populista y antiinmigración Chega.

"Chega atrae a aquellos que tienen una visión revisionista de la historia con la idea de que el colonialismo y el imperio no fueron malos y que el glorioso pasado portugués y sus símbolos deben ser valorados", dijo Costa Pinto.

Según un estudio publicado el viernes por el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa (ICS) y el Instituto Universitario de Lisboa ISCTE, el 23% de los encuestados considera que si los actuales dirigentes políticos siguieran los "ideales" de Salazar, Portugal podría "recuperar su grandeza".

Chega utiliza con frecuencia en público el lema de Salazar "Dios, patria y familia", al que el partido ha añadido "trabajo".

El líder de Chega, André Ventura, ha negado que él o su partido sean fascistas, a pesar de ser antisistema y querer cambiar la Constitución portuguesa.

"No soy fascista, nací después del fascismo. (...) Nunca ocultamos que no nos gusta este sistema, esta Constitución. Pero eso no significa que no nos guste la democracia", dijo en 2021.

Fundado en 2019, Chega es el tercer partido del país, habiendo cuadruplicado su cohorte de parlamentarios a 50 en las elecciones de marzo.

Chega ha sacado partido de la crisis inmobiliaria desatada por el aumento constante de los alquileres, así como de los bajos salarios, la decaída asistencia sanitaria y los casos de presunta corrupción en los que están implicados los principales partidos del país más pobre de Europa occidental.

(Reporte de Sérgio Gonçalves; edición de Aislinn Laing y Mark Heinrich; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)