La empresa, que cuenta con más de 5.000 tiendas en China y en el extranjero, se ha descrito durante años como "un minorista de productos de estilo de vida de inspiración japonesa", y ha sido comparada con la cadena Muji, operada por Ryohin Keikaku, que cotiza en Tokio.

Sin embargo, a principios de este mes, provocó la ira de los usuarios chinos de las redes sociales después de que su cuenta española de Instagram publicara una foto de muñecas, una de las cuales denominó "muñeca geisha japonesa", pero que los usuarios chinos señalaron que llevaba un vestido qipao, un traje tradicional chino.

El jueves, Miniso emitió una larga disculpa, diciendo que la compañía en sus inicios había "tomado el camino equivocado" con su posicionamiento de marca y estrategia de marketing, habiendo contratado a un diseñador japonés como su diseñador principal entre finales de 2015 y 2018.

Dijo que desde finales de 2019 había empezado a eliminar los elementos japoneses de sus tiendas y bolsas de la compra, afirmando que ya lo había hecho en sus 3.100 tiendas en China.

También se comprometió a empezar a cambiar los rótulos y la decoración interior en sus más de 1.900 tiendas en el extranjero, y añadió que completaría las medidas para finales de marzo de 2023.

La empresa también dijo que castigaría a los altos ejecutivos implicados en la estrategia anterior y que su sede central sería responsable de todas sus cuentas de medios sociales en el extranjero en el futuro. "Examinaremos estrictamente el contenido y haremos un buen trabajo de exportación de la cultura y los valores chinos", dijo.

En los últimos años, los consumidores chinos han vigilado más de cerca el comportamiento de las grandes marcas y se han vuelto cada vez más críticos con las empresas extranjeras o locales que se consideran poco patrióticas.