BRUSELAS, 25 oct (Reuters) - En un momento en que los Gobiernos europeos se esfuerzan por proteger a los hogares de las subidas de los precios de la energía, los activistas afirman que la renovación de los edificios con aislamiento pobre podría ayudar a reducir las facturas de los consumidores y disminuir la dependencia de los países de los combustibles fósiles.

Los edificios producen más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, y alrededor del 75% de su calefacción se suministra con combustibles fósiles.

Para evitar que el sector frustre los objetivos de la UE en materia de cambio climático, Bruselas tiene previsto renovar 35 millones de edificios de aquí a 2030, de un total de unos 250 millones, lo que supone un gran aumento respecto al 0,2% de edificios de la UE que se renuevan actualmente cada año para reducir considerablemente su consumo de energía.

Según un análisis de la consultora Cambridge Econometrics, que se publicará el lunes, el cumplimiento del objetivo de la UE podría reducir en 218 euros (254 dólares) la factura anual de calefacción de un hogar medio de la UE, sobre la base de los precios del gas en 2021, lo que reduciría aproximadamente a la mitad el gasto medio de los hogares en calefacción por gas.

Es poco probable que reformas como la mejora de las ventanas, el aislamiento de los tejados o las bombas de calor renovables se lleven a cabo con la suficiente rapidez como para ahorrar dinero a los consumidores este invierno.

Sin embargo, según el estudio, encargado por el fabricante de aislantes Rockwool, alcanzar el objetivo de renovaciones que ahorren energía podría reducir el consumo de gas previsto en la UE en 43.000 gigavatios-hora (GWh) al año.

"Si se hace correctamente, la renovación de los edificios puede aislar literalmente a la gente de los altos precios de la energía", dijo el director general del Grupo Rockwool, Jens Birgersson.

Los precios del gas en Europa han alcanzado máximos históricos este año, lo que ha llevado a los Gobiernos a aplicar desgravaciones fiscales y subvenciones para reducir rápidamente las facturas de calefacción de los hogares.

La subida de precios también ha provocado la resistencia de algunos Gobiernos a los planes de la UE de imponer costes de CO2 a los combustibles para calefacción, una política que, de aprobarse, tendría como objetivo incentivar una renovación mucho más rápida de los edificios.

Algunos Gobiernos ya están actuando. Polonia, Alemania y Francia son algunos de los países que destinan miles de millones de euros de su parte del fondo de recuperación COVID-19 de la UE a las renovaciones.

"Estamos asistiendo a un aumento masivo de las ayudas públicas", afirma Andreas Graf, experto en política energética del grupo de reflexión Agora Energiewende, aunque añade que aún no está claro si este dinero extra está llegando a los hogares vulnerables sin medios para invertir en renovaciones.

Claire Roumet, directora de Energy Cities, una asociación de autoridades locales, dijo que el mayor reto era la falta de personal cualificado para coordinar los proyectos de renovación sobre el terreno.

"El abundante dinero que se destina a los programas de renovación nunca se invierte en esos coordinadores locales", dijo, e instó a los Gobiernos a canalizar su "enorme interés" en la renovación de edificios para proporcionar este apoyo técnico.

"No hay ninguna razón para no hacerlo", dijo Roumet.

(1 dólar = 0,8598 euros)

(Reporte de Kate Abnett; Edición de John Chalmers y Mark Potter; Traducción de Flora Gómez)