Los argumentos a favor de un recorte de los tipos de interés del Banco Central Europeo en junio son cada vez más sólidos, ya que la inflación de los servicios empieza por fin a remitir, declaró el lunes el economista jefe del BCE, Philip Lane, al diario español El Confidencial.

El BCE prácticamente ha prometido un recorte de los tipos de interés el 6 de junio, siempre que los datos entrantes refuercen la creencia de los responsables políticos de que la inflación volverá a su objetivo del 2% a mediados del próximo año.

"Tanto la estimación preliminar de abril para la inflación de la zona euro como la cifra del PIB del primer trimestre que se ha publicado mejoran mi confianza en que la inflación debería volver al objetivo de forma oportuna", declaró Lane al periódico en una entrevista.

"Así que, a día de hoy, mi nivel de confianza personal ha mejorado en comparación con nuestra reunión de abril", dijo Lane, añadiendo que aún deben publicarse más datos cruciales en las próximas semanas.

Los inversores también parecen pensar que un recorte en junio es casi un hecho, pero las dudas sobre movimientos posteriores han aumentado en las últimas semanas después de que la Reserva Federal de EE.UU. señalara que su propia flexibilización de la política podría retrasarse.

Aunque el BCE insiste en que no depende de la Fed, un aumento de la diferencia de tipos de interés entre los mayores bancos centrales del mundo debilitaría el euro e impulsaría la inflación europea, lo que probablemente limitaría el apetito del BCE por actuar en solitario.

Lane dijo que los datos de inflación de abril mostraban por fin un avance en los precios de los servicios, pero que el banco seguiría centrándose en los servicios para asegurarse de que no descarrilara la desinflación más adelante.

La inflación global se situó en el 2,4% el mes pasado y el BCE espera que fluctúe en torno a este nivel durante la mayor parte de este año, antes de volver a caer en 2025.