Por Lisandra Paraguassu y Lucinda Elliott

BRASILIA/MONTEVIDEO, 25 abr (Reuters) - Una crisis diplomática en Ecuador y la incertidumbre sobre el futuro político de Venezuela han dividido a las naciones sudamericanas y matado el entusiasmo por una cumbre que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva está tratando de convocar, dicen diplomáticos de la región.

Buscando volver a ser un líder regional, Lula reunió a 11 presidentes en la capital de Brasil en mayo pasado, pero el foro llamado Consenso de Brasilia se vio afectado por el desacuerdo sobre la presencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

El presidente chileno, Gabriel Boric, compañero de izquierda de una generación más joven, criticó entonces a Lula por invitar a Maduro a una reunión de líderes democráticos, al igual que el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou.

Con la preocupación por las elecciones venezolanas de julio y las secuelas de la invasión que Ecuador realizó a la embajada mexicana en el país para apresar a un político opositor, la región está demasiado agitada para un nuevo intento de diálogo, dijeron diplomáticos en Brasil y Uruguay.

Lula no ha renunciado a los planes de una cumbre y dijo el martes que espera que Boric invite a otros presidentes a discutir la integración sudamericana cuando realice una visita de Estado a Chile el 17 y 18 de mayo.

"Necesitamos discutir cómo actúa América del Sur como bloque", dijo Lula. "Si hacemos política de alianza respetemos las diferencias, pero hagamos crecer la economía de la región".

En Santiago, Boric dijo en un encuentro con corresponsales que "la posibilidad de tener un diálogo con todos los mandatarios de América del Sur para mí siempre está abierta", pero que no estaba en los planes de la visita de Lula.

"Sospecho que hay demasiada mala sangre entre los líderes sudamericanos en este momento para una cumbre productiva, o tal vez cualquier cumbre", dijo el analista político de América Latina Brian Winter, vicepresidente de Política del Consejo de las Américas.

El asalto ecuatoriano a la embajada mexicana el 5 de abril llevó las relaciones entre ambos países al límite, según Winter. Las condenas diplomáticas se acumularon en toda la región.

"También se oye resentimiento en algunas capitales contra Brasil por dar por sentado su estatus de gran superpotencia regional", añadió Winter.

La principal razón de la falta de entusiasmo por una cumbre sudamericana hoy es la próxima votación en Venezuela, dijeron la mayoría de los diplomáticos consultados por Reuters, que pidieron el anonimato.

"Nadie va a querer formar parte de nuevos grupos cuando hay mucha incertidumbre sobre lo que va a suceder en Venezuela, si vamos a reconocer a Maduro o no, si vamos a reconocer las elecciones o no", dijo un alto diplomático sudamericano.

"Va a venir una tensión muy grande con las elecciones en Venezuela, como ya hemos visto, entonces con razón los líderes no quieren hacer declaraciones o tomar una posición en una reunión en mayo", agregó la fuente.

La reunión del año pasado en Brasilia fue un "fracaso total" porque Chile y Uruguay se distanciaron rápidamente de las opiniones de Lula sobre Venezuela, según el diplomático.

Una reunión de presidentes en Chile "no lo veo muy viable", sobre todo porque Boric se ha distanciado de las opiniones de Lula en temas como Venezuela, Rusia e Irán, dijo un asesor de política exterior del gobierno uruguayo.

Esa fuente ve pocas posibilidades de que se reinicie a corto plazo el bloque de países sudamericanos Unasur, iniciado en 2008 por Lula y el líder venezolano Hugo Chávez.

Pero Lula no se dará por vencido, dijo: "Lula va a seguir insistiendo sobre la Unasur".

(Reporte de Lisandra Paraguassu en Brasilia, Lucinda Elliott en Montevideo y Natalia Ramos en Santiago; Escrito por Anthony Boadle; editado en Español por Ricardo Figueroa)