Los secuestros se han convertido en una práctica endémica en el noroeste de Nigeria, donde bandas itinerantes de hombres armados raptan a personas en aldeas, carreteras y escuelas, y exigen a sus familiares el pago de un rescate.
Alhaji Bala, jefe de un distrito del área de gobierno local de Birnin-Magaji, en Zamfara, dijo que hombres armados atacaron las aldeas de Gora, Madomawa y Jambuzu y que 38 hombres y 67 mujeres y niños estaban desaparecidos.
"Pero el número de personas secuestradas podría ser mayor", dijo.
Zamfara es un punto caliente para las bandas de secuestradores que llevan a cabo ataques y se refugian en los bosques donde han establecido campamentos. El ejército nigeriano ha bombardeado algunos de los campamentos pero los ataques continúan.
Yezid Abubakar, portavoz de la policía de Zamfara, no pudo ser localizado inmediatamente para hacer comentarios.
Aminu Aliyu Asha, jefe de la aldea de Madomawa, dijo que los hombres armados llegaron a su aldea en motocicletas y dispararon esporádicamente antes de secuestrar a varias personas.
"El secuestro incumple el acuerdo de paz entre nosotros y los bandidos. En febrero de este año pagamos varios rescates para que dejaran de atacar nuestro territorio", declaró Asha.
Nusa Sani dijo que sus dos hermanos estaban entre los secuestrados, mientras que otro residente, Garba Kira, añadió que entre los secuestrados había 15 pasajeros de un camión que pasaba por los pueblos.
Los secuestros masivos los llevó a cabo por primera vez el grupo yihadista Boko Haram cuando secuestró a más de 200 estudiantes hace una década, pero la práctica ha sido adoptada por bandas armadas sin afiliación ideológica conocida y ha aumentado a medida que los nigerianos se enfrentan a dificultades económicas.
