5 ene (Reuters) -Los reguladores estadounidenses ordenaron la inmovilización temporal de 171 aviones Boeing 737 MAX 9 para controles de seguridad, luego de una explosión en un panel de cabina el viernes por la noche que obligó a un avión nuevo operado por Alaska Airlines a realizar un aterrizaje de emergencia.

"La FAA exige inspecciones inmediatas de ciertos aviones Boeing 737 MAX 9 antes de que puedan volver a volar", dijo el sábado el administrador de la FAA, Mike Whitaker. "La seguridad seguirá impulsando nuestra toma de decisiones mientras ayudamos en la investigación de la NTSB sobre el vuelo 1282 de Alaska Airlines".

Un trozo de fuselaje arrancó el lado izquierdo del avión mientras ascendía desde Portland, Oregón, en ruta a Ontario, California, lo que obligó a los pilotos a dar media vuelta y aterrizar de forma segura con 171 pasajeros y seis tripulantes a bordo. El avión había estado en servicio sólo ocho semanas.

La decisión de la Administración Federal de Aviación está muy por debajo de una prohibición de seguridad total e indefinida comparable a la inmovilización de todos los aviones de la familia MAX hace casi cinco años, pero asesta un nuevo golpe a Boeing mientras intenta recuperarse de crisis consecutivas de seguridad y la pandemia bajo enormes deudas.

El modelo más vendido de Boeing estuvo parado durante casi dos años luego de accidentes en 2018 y 2019. El último percance también se produce cuando Boeing y un importante proveedor están lidiando con una sucesión de problemas de producción o calidad.

No hubo indicios inmediatos de la causa de la aparente falla estructural, ni informes de heridos.

Alaska Airlines ya había comenzado a dejar en tierra decenas de aviones Boeing para controles de seguridad. Hasta el sábado por la mañana, Alaska dijo en un comunicado que había completado más de una cuarta parte de las inspecciones y no encontró problemas. No respondió a una solicitud de más comentarios.

Según el sitio de seguimiento FlightRadar24, Alaska Airlines tuvo 101 cancelaciones el sábado, o el 13% de sus vuelos programados, aunque mostró que varios de los aviones estaban volando.

El presidente ejecutivo de la aerolínea, Ben Minicucci, dijo en un comunicado que los 65 aviones similares volverían al servicio sólo después de las inspecciones preventivas de mantenimiento y seguridad, que esperaba que se completaran en los "próximos días".

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte dijo que un equipo de expertos en estructuras, operaciones y sistemas llegaría al lugar más tarde el sábado para comenzar una investigación.

Boeing dijo que estaba trabajando para recopilar más información y que estaba en contacto con la aerolínea.

El vuelo 1282 había alcanzado los 16.000 pies cuando ocurrió el reventón, según FlightRadar24.

"Nos gustaría bajar", dijo el piloto al control de tráfico aéreo, según una grabación publicada en liveatc.net. "Nos declaramos en emergencia. Tenemos que bajar a 10.000", añadió el piloto, refiriéndose a la altitud inicial para este tipo de emergencias, por debajo de la cual se considera posible la respiración para las personas sanas sin oxígeno adicional.

Las publicaciones en las redes sociales también mostraban máscaras de oxígeno desplegadas y una parte de la pared lateral del avión desaparecida.

Las fotos de los pasajeros parecían mostrar que se había arrancado un panel que puede utilizarse para una puerta de salida trasera opcional en mitad de la cabina, dejando un hueco en forma de puerta. Esta puerta adicional la suelen instalar las aerolíneas de bajo costo que utilizan asientos adicionales que requieren más vías para la evacuación.

Sin embargo, esas puertas están permanentemente "taponadas", o desactivadas, en los aviones de Alaska Airlines.

El avión fue entregado a Alaska Airlines a finales de octubre y certificado a principios de noviembre, según datos de la FAA.

El incidente demuestra la importancia de que los pasajeros mantengan abrochados sus cinturones de seguridad mientras están sentados en un avión, incluso si la luz de abrocharse el cinturón de seguridad está apagada, dijo Anthony Brickhouse, experto en seguridad aérea de la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle.

El 737 MAX fue inmovilizado durante 20 meses en todo el mundo después de que dos accidentes fatales en 2018 y 2019 vinculados a un software de cabina mal diseñado mataran a 346 personas en Etiopía e Indonesia. Boeing está a la espera de la certificación de su 737 MAX 7 más pequeño y su MAX 10 más grande.

(Reporte de David Shepardson, Valerie Insinna y Tim Hepher; Reporte adicional de Akanksha Khushi; Editado en Español por Manuel Farías)