Los ministros de Energía de las principales democracias del Grupo de los Siete (G7) acordaron el martes poner fin al uso del carbón en la generación de electricidad "durante la primera mitad de (la) década de 2030", según un comunicado oficial.

Sin embargo, en una advertencia, la declaración incluía un objetivo alternativo de eliminar progresivamente las centrales eléctricas de carbón "en un plazo coherente con el mantenimiento de un límite de 1,5°C de aumento de la temperatura al alcance de la mano, en consonancia con las trayectorias de cero emisiones netas de los países".

La advertencia se incluyó en la redacción final del comunicado para conceder un margen de maniobra a Alemania y Japón, cuyas centrales de carbón producen más de una cuarta parte de su electricidad total, según habían declarado fuentes diplomáticas a Reuters.

Alemania ha incluido en su legislación el objetivo final de cerrar las centrales de carbón a más tardar en 2038, mientras que Japón no ha fijado una fecha.

El acuerdo sobre el carbón supone un paso importante en la dirección indicada el año pasado por la cumbre climática de las Naciones Unidas COP28 de eliminar progresivamente los combustibles fósiles, de los cuales el carbón es el más contaminante.

Italia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Canadá y Japón también dijeron que reconocen que recortar los ingresos energéticos rusos es esencial para apoyar a Ucrania y prometieron trabajar en la transición para dejar de importar gas ruso.

Sin embargo, no acordaron ninguna posición común sobre posibles sanciones al gas natural licuado (GNL) ruso.