BOEING Boeing se encuentra bajo presión para restablecer la caída de la producción de su avión de fuselaje estrecho, de gran éxito de ventas, a 38 al mes en la segunda mitad del año, mientras lidia con una crisis de seguridad generalizada tras el reventón en enero de un panel en pleno vuelo en un nuevo avión 737 MAX.
Boeing está presionando a Spirit Aero, su proveedor clave, para que mejore la calidad de los fuselajes que produce para el MAX a un ritmo mayor para la segunda mitad de 2024. Boeing está en conversaciones para vincularse con Spirit, que presenta resultados el 7 de mayo.
"Hemos desarrollado un plan que creemos que nos proporciona un alto grado de confianza en que cumpliremos el ritmo de demanda y las expectativas de calidad de Boeing", declaró Joe Buccino, portavoz de Spirit Aero.
Boeing declinó hacer comentarios.
El fabricante de aviones está asumiendo un riesgo calculado al comprar constantemente piezas a sus proveedores para proteger su cadena de suministro, a pesar de las menores entregas. El mayor gasto está presionando sus finanzas mientras produce muy por debajo del tope de la Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense de 38 reactores MAX al mes.
Las agencias de calificación recortaron la semana pasada la perspectiva del crédito de Boeing hasta situarlo justo por encima del estatus de "basura" después de que quemara 3.900 millones de dólares en efectivo libre durante el primer trimestre y mientras se enfrenta a los inminentes vencimientos de bonos en 2025 y 2026.
La empresa se aseguró un respiro adicional esta semana con una captación de deuda de 10.000 millones de dólares. Sin embargo, el progreso en la producción ayudaría a proteger su calificación de grado de inversión, dijo Ben Tsocanos, analista de S&P Global Ratings.
Sería difícil para ellos tener visibilidad hacia un flujo de caja libre significativo el próximo año sin llegar a ese nivel de producción, dijo.
Las acciones de Spirit subieron un 0,2% el miércoles, mientras que Boeing terminó con un alza del 2,2%. (Reportaje de Allison Lampert en Montreal; Edición de Kirsten Donovan y Sonali Paul)
