Nestlé planea invertir 1.000 millones de reales (196,5 millones de dólares) en Brasil hasta 2026 para ampliar la capacidad de producción y las ventas fuera del hogar de sus líneas de Nescafé, dirigidas a los consumidores más jóvenes, dijeron ejecutivos a Reuters.

La compañía pretende consolidar la marca como un vehículo para productos de mayor valor añadido que están creciendo rápidamente en el país, según la firma.

La marca Nescafé, que se creó por primera vez en Brasil para vender café instantáneo, cuenta hoy con una gama más amplia de productos. Trata de captar a consumidores cada vez más jóvenes que desean nuevas "experiencias" con la bebida y que pagan más de lo que pagarían normalmente por una taza tradicional, dijeron los ejecutivos.

"Estamos en un momento de expansión del consumo de café premium, y eso está sofisticando el consumo de café en Brasil", dijo en una entrevista Valeria Pardal, responsable de la marca Café Nestlé de Nestlé.

Parte de las inversiones se destinarán a ampliar el consumo fuera del hogar, principalmente a través del segmento de empresa a empresa, y la compañía espera duplicar su número de máquinas de café fuera del hogar en cuatro años hasta alcanzar las 44.000.

Se espera que las ventas de Nescafé en el mercado minorista de Brasil crezcan hasta un 15% anual en cuatro años, según Nestlé, superando el crecimiento del 5% al 6% que prevé para ese mercado en general.

"Los brasileños toman de cuatro a seis tazas de café al día, lo que es mucho, y nuestra misión es asegurarnos de que esas tazas sean de mayor calidad", dijo Pardal, añadiendo que los jóvenes son un segmento clave para la firma.

El crecimiento del consumo entre los menores de 24 años ha sido 10 veces superior al del resto de grupos de consumidores, según Nestlé.

"Esto es algo nuevo para el mercado. Beben café helado, café con nata, café con caramelo", dijo Pardal. "Antes decíamos que el café era un estimulante, hoy decimos que el café es una taza de placer".

(1$ = 5,0904 reales) (Reportaje de Roberto Samora; redacción de Gabriel Araujo; edición de Susan Fenton)