La solicitud de protección por quiebra supone un duro revés para el inversor japonés SoftBank, propietario de cerca del 60% de WeWork y que ha invertido miles de millones de dólares en su reconversión, tras fracasar en su intento de que las empresas hicieran un mayor uso de sus oficinas compartidas.

Una valoración disparatada

WeWork, valorada (muy mal) en 47.000 millones de dólares en su momento álgido, no vale ahora casi nada tras desplomarse un 98% este año. El grupo ha firmado un acuerdo de reestructuración con sus principales accionistas para reducir drásticamente su deuda. El acuerdo dará lugar a la rescisión de los contratos de arrendamiento en una serie de emplazamientos no revelados.

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Un descenso a los infiernos - Fuente: MarketScreener

El grupo también ha anunciado su intención de emprender acciones legales en Canadá. Las oficinas situadas fuera de Estados Unidos y Canadá y las franquicias de todo el mundo no se verán afectadas por estos procedimientos, según la empresa.