Por Laurie Chen y Michel Rose

PEKÍN/PARÍS (Reuters) - El presidente chino, Xi Jinping, viajará a Europa la próxima semana por primera vez en cinco años, en una visita que puede poner de manifiesto las divisiones europeas en torno al comercio con Pekín y a cómo se posiciona el continente como polo entre Estados Unidos y China.

Xi viajará a Francia, Serbia y Hungría en un momento en que la Unión Europea amenaza con imponer aranceles a las industrias chinas de vehículos eléctricos y energía verde por las enormes subvenciones que, según el bloque, dan a los fabricantes chinos una ventaja injusta.

Con la economía china a contracorriente y Estados Unidos cerrándose a las empresas chinas, la UE podría tener cierta influencia sobre Pekín. Pero los 27 miembros del bloque no están perfectamente alineados, lo que socava su capacidad de influir en la mentalidad china, según los analistas.

La visita se verá ensombrecida por las preocupaciones europeas sobre el apoyo chino a la economía de guerra rusa, más de dos años después del comienzo de su campaña militar en Ucrania.

Lin Jian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, dijo que la visita de Xi "inyectará estabilidad en el desarrollo de las relaciones entre China y Europa y hará nuevas contribuciones a la paz y la estabilidad en el mundo".

El objetivo de Xi será neutralizar la agenda de seguridad económica de la UE, incluidas sus amenazas arancelarias, explotando las diferencias internas, afirmó Mathieu Duchatel, investigador principal del Institut Montaigne.

"Hay un elemento muy fuerte de divide y vencerás", dijo Duchatel sobre la estrategia china hacia Europa. "No está oculto, sino a la vista".

Las empresas y gobiernos europeos se quejan desde hace tiempo de un acceso restringido al mercado chino y de competencia desleal. Un estudio del Instituto Kiel calculó que las subvenciones chinas a sus empresas son entre tres y nueve veces superiores a las de otras grandes economías.

La Comisión Europea tiene el derecho exclusivo de dirigir la política comercial de toda la UE, pero dentro del bloque los estados miembros han tenido dificultades para ponerse de acuerdo sobre cómo solucionar el desequilibrio comercial.

Macron busca una postura más agresiva de la UE en materia de subvenciones y advirtió que el bloque corre el riesgo de quedarse rezagado si no permite exenciones a sus propias normas de competencia frente a las "subvenciones excesivas" de China y Estados Unidos.

"Regulamos demasiado, no invertimos lo suficiente, no protegemos lo suficiente", dijo Macron a The Economist en una entrevista publicada el jueves.

El canciller alemán, Olaf Scholz, presionó en abril a Xi para que mejorara el acceso al mercado de las empresas alemanas. No obstante, sobre las investigaciones antisubvenciones de la UE, aparentemente ansioso por evitar enemistarse con Pekín afirmó que el bloque no debería actuar por interés propio proteccionista, aunque la competencia debería ser leal.

Algunos funcionarios franceses afirman en privado que les preocupa que Berlín intente socavar la investigación sobre autos eléctricos, que se ha centrado en las firmas chinas BYD, Geely y SAIC. China es un mercado clave para la economía exportadora alemana y marcas como BMW y Mercedes-Benz.

(Reporte adicional de John Irish en París, Andreas Rinke en Berlín y Daria Sito-Sucic en Belgrado; editado en español por Carlos Serrano)