La aprobación provisional en China del sistema de conducción autónoma de Tesla, conocido como Full Self-Driving (FSD), marca un hito importante para el futuro de la movilidad autónoma y los taxis robot que prevé Elon Musk. Sin embargo, es crucial distinguir el FSD, un sistema de asistencia al conductor que requiere supervisión activa, de los verdaderos taxis robot. Esta aprobación podría generar importantes ingresos adicionales para Tesla, sobre todo en China, donde la empresa cobra 8.000 dólares por el FSD u ofrece una suscripción mensual de 99 dólares.

La homologación llega tras una visita sorpresa de Elon Musk a China, coincidiendo con un salón del automóvil en Pekín. La visita subraya la importancia estratégica de China para Tesla, a pesar de la creciente competencia, sobre todo de su rival local BYD. Para obtener la aprobación, Tesla tuvo que forjar alianzas clave, en particular con Baidu para la integración de mapas y navegación.

La aprobación del SDF en China se produce en un contexto de tensas relaciones entre EE.UU. y China, en el que Tesla trata de mantener su posición como marca premium a pesar de la creciente competencia y los recortes de precios. Este movimiento puede verse como una estrategia de Elon Musk para reforzar la presencia de Tesla en China y aprovechar las oportunidades de la conducción autónoma.

La relación entre Tesla y China ha sido mutuamente beneficiosa, ya que Tesla se convirtió en la primera empresa automovilística internacional autorizada a operar en China sin tener que formar una empresa conjunta local. La rápida construcción de la fábrica de Tesla en Shanghái y el apoyo de China durante la pandemia fueron cruciales para la expansión de Tesla. Mientras algunas empresas estadounidenses se replantean su presencia en China, Tesla sigue viendo oportunidades de crecimiento en este mercado clave.

 


Bloomberg TV proporcionado por MT Newswires

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