Se ha culpado a los bloqueos continuos de COVID-19 de ralentizar drásticamente el crecimiento económico de China, de aislarla del resto del mundo y de mermar el apetito de los inversores por comprar activos chinos.

Cualquier cambio hacia la apertura de las fronteras de China y la estimulación de la demanda en ese país apuntalaría la confianza y las transacciones comerciales, según los abogados y los analistas. Hong Kong ha iniciado recientemente su propia reapertura, relajando sus duras políticas antivirus que han empañado sus credenciales como centro financiero mundial.

"Esperemos que la situación económica mundial mejore el año que viene y espero ver una mayor atención a las cuestiones empresariales y económicas en China después del 20º congreso del partido", dijo Richard Wang, socio de Freshfields en Hong Kong, y añadió que eso debería llevar a que más empresas busquen obtener capital.

La actividad de ofertas públicas iniciales (OPI) en Hong Kong, tradicionalmente dominada por las empresas de China continental, ha caído a su nivel más bajo en nueve años, en medio de la caída de los mercados chinos, la escalada de las tensiones entre China y Estados Unidos y el endurecimiento del entorno normativo en China.

Las ambiciones de cotizar en bolsa se han congelado desde que China señaló nuevas normas, que aún no se han ultimado, para las empresas que quieran vender acciones fuera de los mercados continentales.

Este año sólo se han producido salidas a bolsa por valor de 9.280 millones de dólares en Hong Kong, frente a los 37.100 millones del mismo periodo de 2021, según las cifras de Refinitiv. El valor de las nuevas ventas de acciones es el más bajo desde 2013.

Además, más del 80% de las OPV de Hong Kong de este año cotizan por debajo de la media desde su debut, según datos de Dealogic.

Las OPV de China continental han recaudado 54.120 millones de dólares, un 33% menos que los 80.890 millones de dólares de los tres primeros trimestres de 2022, según datos de Refinitiv. Sin embargo, la bolsa STAR de Shanghai y la de Shenzhen son los dos mercados de OPI más activos del mundo, según los datos.

"La gente espera que las cosas se abran después de la reunión, pero en cuanto al momento en que se verá eso, no será un cambio de la noche a la mañana", dijo Stephanie Tang, socia del bufete de abogados Hogan Lovells.

"Cómo evolucionará eso, no hay un factor determinante, pero la expectativa razonable es que veremos progresar la actividad de acuerdos desde finales de 2022 hacia la primavera de 2023".

Sin embargo, la mayoría de los economistas dudan de que los responsables políticos chinos ofrezcan pronto señales concretas de una relajación de la política de cero COVID o una hoja de ruta para la reapertura de las fronteras.

Los contagios de COVID están en el nivel más alto desde agosto y se calcula que hay 36 ciudades bajo cierre o alguna forma de control antes de la reunión que comienza el domingo.

Una mayor certeza política en áreas como la tecnología y la educación sólo podría aclararse tras las dos sesiones anuales del parlamento chino en marzo, dijeron los abogados.