En cambio, fue para lamentar la "muerte" de los salarios de los trabajadores argentinos en un país donde se espera que la inflación alcance el 90% a finales de este año, devorando el poder adquisitivo de los trabajadores a pesar de los años de intentos del gobierno por frenar el aumento de los precios.

"La situación para los trabajadores es devastadora. Antes de mediados de mes no tenemos más salario, no es suficiente", dijo a Reuters Melisa Gargarello, representante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), organizador de la protesta.

Un manifestante llevaba un "historial clínico" de los salarios argentinos, un gráfico que mostraba cómo la inflación se ha comido el valor de las nóminas.

Mientras que gran parte del mundo está luchando contra una alta inflación de un solo dígito este año, las luchas de Argentina están en una categoría diferente.

"El sueldo ha muerto" rezaba una pancarta en la procesión simbólica, que recorrió las principales calles de la capital argentina y terminó frente al Palacio Presidencial. Las coronas de flores que llevaban las mujeres llevaban el mensaje "Que se levante el salario mínimo".

El salario mínimo mensual oficial del país es de 45.540 pesos argentinos (334 dólares), mientras que la cesta básica de alimentos para una familia de dos adultos y dos niños cuesta más del doble, 111.298 pesos (817 dólares), según el instituto nacional de estadística INDEC.

Años de esfuerzos políticos para frenar la inflación no han servido de mucho para disminuir el aumento de los precios, y en julio el país registró su mayor tasa de inflación en 20 años.

El último esfuerzo consiste en el nombramiento de un nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, al que se le han concedido mayores poderes para intentar domar la inflación. Los argentinos le han apodado "superministro".

"Hoy celebramos un funeral simbólico por los salarios, que tenemos que decir que expresa la situación que viven todos los trabajadores de Argentina", dijo Maximiliano Maita, de FOL.

(1$ = 136,1500 pesos argentinos)