La Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra e incluso... ¡el Banco Nacional Suizo! Todos ellos han procedido finalmente a la primera ronda del tan esperado endurecimiento monetario. Los bancos centrales se han visto obligados a actuar para frenar la tórrida inflación (que ellos mismos han alimentado) que lleva varios meses fundiendo el poder adquisitivo de los consumidores y las carteras de los inversores.

Este endurecimiento, que se traduce en una subida generalizada de los tipos de interés de los bancos centrales, es el final del camino para un mercado acostumbrado al dinero fácil y a las rentabilidades anuales de dos dígitos de los índices. ¿La percepción actual? Que el próximo mundo seguramente no verá tantas acciones mediocres haciendo ganancias exponenciales año tras año. Estas subidas de tipos también podrían frenar al Nasdaq, un índice de moda en los últimos 15 años gracias a sus valores tecnológicos. 

El mundo de las criptomonedas tampoco es inmune a los apretones de cinturón, ya que el MOAC (madre de todas las criptomonedas), el Bitcoin, parece que va a cavar aún más bajo tras haber recuperado el nivel de los 20 mil dólares, alcanzado por última vez en diciembre de 2020. Hay que decir que la subida meteórica del precio de las criptomonedas no ha sido ajena, sin duda, al abundante flujo de dinero de los bancos centrales en los últimos años. 

Mientras tanto, los analistas apartaremos la vista de los mercados durante unos momentos para relajarnos junto a nuestro lago favorito, acompañados por nuestro oso mascota temporal. Esperemos que vuelva a hibernar este invierno... o incluso antes. 

Dibujo de Amandine Victor