Bayer dijo el martes que aplazará sus planes de escindir el grupo diversificado para centrarse en su lugar en mejorar los resultados operativos, resolver litigios y pagar la deuda.

"Nuestra respuesta es 'ahora no' - y esto no debe malinterpretarse como 'nunca'", dijo el consejero delegado Bill Anderson en un comunicado.

La empresa dijo que durante los próximos 24 a 36 meses trataría de reforzar la cartera de desarrollo de fármacos, abordar los litigios, reducir la deuda y seguir recortando puestos de trabajo y agilizando la toma de decisiones por parte de los directivos.

Los recortes reducirán los costes anuales en 2.000 millones de euros a partir de 2026, añadió.

El consejero delegado Bill Anderson, que fue contratado el año pasado para revertir la suerte de la empresa, dijo anteriormente que estaba examinando opciones para separar, escindir o vender negocios. Se enfrenta a un diluvio de problemas, la mayoría derivados de la adquisición de Monsanto en 2018 por 63.000 millones de dólares.

Estos incluyen litigios en EE.UU. alegando daños por el herbicida glifosato, un revés en el desarrollo de su medicamento experimental más prometedor, la debilidad de los mercados agrícolas y la presión de los inversores para escindir o vender negocios.

El director general añadió que estaba "considerando todos los medios posibles para poner fin" a los pleitos en EE.UU. que alegan que el glifosato ha causado cáncer a los demandantes.

Bayer se defendería enérgicamente pero también estudiaría el problema "desde todos los ángulos, dentro y fuera de los tribunales".

"Espere más acción por parte de Bayer en este espacio", dijo Anderson.

Alrededor de 54.000 casos siguen pendientes, después de que 113.000 reclamaciones se resolvieran o se consideraran no admisibles, según un informe anual.

Bayer tampoco ha podido librarse de las demandas por daños personales o medioambientales relacionados con los bifenilos policlorados, o PCB, que son sustancias químicas fabricadas por Monsanto que ya no se utilizan.

Para apuntalar sus finanzas, esa farmacéutica alemana ha recortado drásticamente los dividendos, manteniendo lo que los analistas estiman que habrían sido desembolsos combinados de 6.000-7.000 millones de euros en tres años.

Los inversores han visto cómo el valor de la empresa se hundía en dos tercios desde la adquisición de Monsanto, que la cargó con costosos litigios y deudas.

La deuda neta de Bayer a finales de 2023 aumentó un 8,5% hasta los 34.500 millones de euros. Esa carga ha llevado a algunos analistas a concluir que podría ser necesaria una ampliación de capital. (Reportaje de Ludwig Burger; edición de Bartosz Dabrowski y Jason Neely)