Caixabank ofreció el martes una reducción de más de 1.300 puestos de trabajo respecto a su plan inicial de casi 8.300 despidos, mientras miles de empleados iniciaban una jornada de huelga y realizaban concentraciones de protesta en toda España.

Se trata de la segunda acción laboral de este tipo en el sector bancario español en menos de tres semanas, después de que una jornada de huelga de los empleados del BBVA supusiera el primer paro de un banco a nivel nacional en 30 años.

Tras la adquisición de Bankia, Caixabank dijo en abril que planeaba recortar 8.291 puestos de trabajo, uno de los mayores sacrificios de este tipo en la historia de España, para adaptarse al cambio de los clientes hacia la banca online.

El martes, ofreció reducir esa cifra a 6.950, al tiempo que mejoró las compensaciones económicas para los que dejen el banco, dijo Caixabank en un comunicado.

El sindicato español Comisiones Obreras (CCOO), el mayor del sector financiero, exige que cualquier recorte sea mediante bajas voluntarias, al tiempo que reclama mayores compensaciones económicas.

Un portavoz de CCOO dijo el martes que aún era demasiado pronto para valorar la última oferta del banco.

Está previsto que las negociaciones entre el banco y los sindicatos finalicen el 29 de junio.

"Si me despiden ahora, no encontraré otro trabajo", dijo Noelia Anchuelo Berlinches, una empleada de Caixabank de 49 años, que protestaba frente a la sede de Caixabank en Madrid.

"Lo que pedimos ahora es que nos traten con respeto", dijo Anchuelo Berlinches, que empezó a trabajar hace 30 años en Caja Madrid, la antigua caja de ahorros que se convirtió en Bankia en 2010.

Según CCOO, el 70% de las 5.552 oficinas de Caixabank en España estaban cerradas por la huelga del martes, aunque ni el banco ni CCOO dijeron cuántos de sus cerca de 44.000 empleados habían participado en la huelga.