La suspensión se refiere a los llamados seguros de protección garantizada de activos (GAP), que los clientes compran para cubrir la diferencia entre el precio de compra de un coche y su valor de mercado en el momento de un siniestro.

"El seguro GAP puede proporcionar un servicio útil a los clientes, pero en su forma actual no ofrece un valor justo y queremos ver mejoras", dijo en un comunicado Sheldon Mills, director de consumidores y competencia de la Autoridad de Conducta Financiera.