El organismo de control financiero británico instó a las empresas que califican los esfuerzos de sostenibilidad de otras empresas a que se adhieran a un nuevo código de conducta voluntario, adelantándose a una posible normativa para un sector que canaliza cientos de miles de millones de dólares en inversiones.

El código de conducta fue elaborado por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales, un organismo comercial de renta fija, y el grupo de reflexión International Regulatory Strategy Group, a raíz de una petición de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) el año pasado.

El mercado de la calificación de los resultados medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG) de las empresas ha experimentado un auge en los últimos años, con cientos de miles de millones de dólares en fondos que siguen índices que excluyen a las empresas con puntuaciones bajas.

S&P Global, Moody's, MSCI, el London Stock Exchange Group y Sustainalytics de Morningstar se encuentran entre los mayores vendedores de estas calificaciones.

"Con su fuerte enfoque en la coherencia internacional, este código propiedad de la industria desempeñará un papel clave en el aumento de la transparencia y la confianza en el mercado de datos y calificaciones ESG", dijo Sacha Sadan, director de ESG de la FCA, en un comunicado el jueves.

El enfoque voluntario de Gran Bretaña contrasta con el de la Unión Europea, que este año dio a conocer un proyecto de ley para regular a los calificadores ESG como parte de una reorganización de la industria que está diseñada para mejorar la confianza y abordar el lavado verde - o empresas que exageran sus credenciales de sostenibilidad.

El código británico, que refleja las recomendaciones del organismo mundial de supervisión de valores IOSCO, abarca la gobernanza de los sistemas y controles de los calificadores para garantizar calificaciones de alta calidad. También incluye directrices sobre la gestión de conflictos de intereses y la transparencia sobre las metodologías.

Se espera que el Gobierno británico anuncie en breve si amplía las competencias de la FCA para regular las calificadoras ESG. La FCA dijo el jueves que seguía trabajando con el Gobierno mientras consideraba sus próximos pasos.

Los críticos afirman que las metodologías de calificación ESG son excesivamente complejas, opacas y tienden a recompensar a las empresas que revelan más información, en lugar de a las que son más capaces de gestionar los riesgos ESG, o hacen el mejor trabajo a la hora de minimizar el daño que sus negocios causan al planeta.