Un portavoz del gobierno de Hong Kong dijo que el gobierno estaba "logrando un equilibrio, en la medida de lo posible", entre la necesidad de cobertura mediática y los requisitos de seguridad.

"No comentaremos el resultado de la acreditación de organizaciones y personas individuales", dijo el portavoz, sin dar más detalles.

La Asociación de Periodistas de Hong Kong declaró a última hora del martes que al menos 10 periodistas de siete o más medios de comunicación locales y extranjeros tenían prohibida la entrada a las ceremonias del viernes. La organización nombró a los medios de comunicación de Hong Kong South China Morning Post, Hong Kong 01, Now TV y Ming Pao, y a la Agence France-Presse como algunos de los excluidos.

Seis fuentes con conocimiento directo del asunto han dicho a Reuters que también fueron rechazados periodistas de Bloomberg, de la emisora pública RTHK y de la estatal Ta Kung Pao. El South China Morning Post informó de que un fotógrafo del Departamento de Servicios de Información del gobierno (ISD) estaba entre los rechazados.

Ninguno de los ocho medios de comunicación respondió a una solicitud de comentarios de Reuters. Reuters no pudo confirmar inmediatamente qué medios han sido aprobados para cubrir las ceremonias.

Una portavoz de Reuters confirmó que a dos periodistas de la agencia se les había prohibido cubrir la ceremonia de entrega y toma de posesión de John Lee, y dijo que Reuters estaba buscando más información sobre el asunto.

Inicialmente, la DSI invitó a las organizaciones de medios de comunicación a presentar hasta 20 solicitudes cada una. El viernes, Reuters solicitó seis periodistas para cubrir los actos del aniversario del traspaso de poderes. La DSI informó a Reuters el sábado de que sólo se podía aceptar a una persona para cada uno de los dos actos.

Reuters presentó los nombres de dos periodistas, cuyas solicitudes fueron rechazadas.

El bloqueo de los periodistas se produce mientras la policía del centro financiero mundial monta una amplia operación de seguridad para la visita de Xi, su primer viaje conocido fuera de la China continental en más de dos años, en medio de la epidemia de COVID-19.

Pekín impuso una amplia ley de seguridad nacional en la ciudad a raíz de las protestas antigubernamentales, a menudo violentas, de 2019, lo que provocó críticas internacionales por la desaparición de las libertades prometidas a la ciudad en el momento del traspaso.

Funcionarios chinos y de Hong Kong han dicho que la nueva ley era vital para garantizar la estabilidad y que los derechos y libertades individuales, incluida la libertad de los medios de comunicación, permanezcan intactos.